¿Es de verdad el Sol de color amarillo?
Si miráramos la luz solar con un prisma observaríamos que se divide en todos los colores del espectro visible. El Sol es una estrella enorme. Tiene un diámetro de 1,4 millones de kilómetros, lo que significa que si fuera hueca podría albergar en su interior a más de un millón de Tierras. Sin embargo, no es hueco, sino que está ��relleno�" de gases, responsables de que la temperatura en la superficie solar sea de 5.000 ºC y de más de 155 millones ºC en su núcleo.
Es precisamente en el núcleo donde se producen las reacciones de fusión, en las cuales los átomos de hidrógeno se transforman en átomos de helio generando energía, en román paladino, la suma de la masa de los átomos de hidrógeno no es igual a la masa del helio, es mayor.
La diferencia de masa se transforma en energía que sale despedida en forma de luz.
Se calcula que cada segundo se convierten 700 millones de toneladas de hidrógeno en helio y se liberan cinco millones de toneladas de materia en forma de energía. Con la energía generada por el Sol en tan solo un segundo se podría abastecer a nuestro planeta durante un millón de años.
Blanco desde el espacio
La energía del Sol se libera al espacio en forma de ondas de radio, microondas, radiación infrarroja, luz visible, radiación ultravioleta, rayos X y rayos gamma. Ahora bien, desde que se produce la energía en el núcleo hasta que llega a la superficie pasa un millón de años.
Desde niños nos han enseñado a dibujar al Sol de color amarillo. Sin embargo, si miráramos la luz solar con un prisma observaríamos que se divide en todos los colores del espectro visible. Si pudiéramos ver el Sol desde el espacio los fotones impactarían en nuestra retina de forma simultánea y el color sería una luz blanca.
Sabemos que los fotones de los colores de ondas más cortas se dispersan y agitan más que los fotones de ondas más largas, pero como en el espacio la luz se mueve sin resistencia, no existe nada que pueda distorsionar los fotones.
Ahora bien, cuando los rayos solares atraviesan la atmósfera, sus moléculas provocan que los fotones de ondas más cortas (azul y violeta) se distorsionen y lleguen después que los de las ondas más largas (naranja y rojo), esto permite explicar que el resultado final, el que vemos desde la Tierra sea de un color más cálido, más amarillento.
No siempre brilla igual
Por otra parte, y esto es muy importante, el brillo del Sol no es uniforme en intensidad. Varía en función de los ciclos solares. Brilla más cuando incrementa el número de manchas solares, que es cuando se encuentra más activo.
El Sol tiene en estos momentos unos 4.500 millones de años y ha empleado casi la mitad del hidrógeno de su núcleo, por lo que se agotará en unos 5.000 millones de años más.
ABC