Estas son las 10 maneras en que cambiará el mundo tras la invasión de Ucrania
'The Economist Intelligence Unit' ha realizado un informe en el que plantea diez cambios que habrá en el plano geopolítico como consecuencia de la invasión rusa.
La invasión rusa de Ucrania marca un momento decisivo en la remodelación de la geopolítica. La batalla por Ucrania no es una guerra regional más: representa una ruptura en las relaciones entre Rusia y Occidente que tendrá profundas repercusiones para Europa y el mundo. Así lo indica ' The Economist Intelligence Unit' en un análisis que muestra las 10 formas en que la guerra afectará el equilibrio de poder global.
1. La guerra de Rusia en Ucrania provocará una nueva división de Europa. Mientras el régimen de Putin insiste en justificar la invasión para una «desnazificación» de Ucrania, el informe asegura que el verdadero interés de Moscú es «destruir la soberanía» de Ucrania y anexionarse al menos una parte del país, «creando así una zona tapón entre Rusia y Occidente que incluya también a Bielorrusia y Kazajistán».
«El repudio de Rusia al 'orden basado en reglas' liderado por Occidente señala un alejamiento de Europa y la creación de una nueva división del continente, tres décadas después de la caída del Muro de Berlín», explica el estudio.
2. La violación de Rusia de la soberanía de Ucrania señala el final del orden posterior a la guerra fría. «La primera mitad de la era posterior a la guerra fría se caracterizó por la unipolaridad estadounidense. Una Rusia en crisis económica y política era incapaz de resistir el unilateralismo estadounidense, mientras que China estaba en una etapa temprana de su ascenso. Los últimos 15 años se han caracterizado por el renacimiento de Rusia, el auge de China, la creciente rivalidad intraoccidental y la erosión de la hegemonía estadounidense. La invasión rusa de Ucrania es un desafío flagrante al papel de Estados Unidos como policía global y sugiere que el mundo se volverá mucho más inestable y peligroso».
3. La guerra en Ucrania profundizará la alianza estratégica de Rusia con China. «Aislada del sistema político, económico y financiero internacional, Rusia girará hacia el este para cimentar su alianza con China. Lo que comenzó como un matrimonio de conveniencia ha crecido en la pasada década hasta una asociación estratégica. Rusia comenzó su 'pivote hacia el este' en 2012, habiendo concluido que era poco probable que se le diera voz en el orden de seguridad europeo y que el futuro económico estaba en el este. Ha ayudado a China en los campos de la energía, el poder aéreo y marítimo, la inteligencia y las fuerzas armadas y asuntos exteriores, y a cambio ha recibido financiación y tecnología. Para China, una alianza con Rusia ofrece seguridad a lo largo de su frontera norte, recursos naturales y un enfoque autoritario compartido. En los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, antes de la invasión rusa de Ucrania, los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin declararon que su alianza 'no conocería límites' y sería 'superior a alianzas políticas y militares de la guerra fría'».
4. Las acciones de Rusia aceleran la bifurcación del mundo en dos campos hostiles y competitivos. «China y Occidente vienen compitiendo desde hace años para establecer su dominio en las industrias y tecnologías del futuro y preparar el terreno para una futura disociación. La pandemia ha reforzado esta tendencia, fomentando un movimiento hacia la regionalización y lejos de globalización.
Al provocar una ruptura decisiva con Occidente, las acciones de Rusia acelerarán la división del mundo entre dos polos rivales. Algunos países tomarán partido, pero muchos otros buscarán mantener un pie en ambos campos. Con el paso del tiempo, este acto de equilibrio será cada vez más difícil».
5. Una renovada atención a la seguridad europea limitará la inclinación de Estados Unidos hacia Asia. «Al tener que desviar recursos diplomáticos para hacer frente a la crisis en la periferia oriental de Europa, EE.UU. se verá obstaculizado en sus esfuerzos por contrarrestar el desafío de una China en ascenso. Estados Unidos se encontrará teniendo que centrarse en contener a una potencia en declive (Rusia), cuando habría querido estar dedicando sus energías a contener la amenaza de una potencia en ascenso (China). Esta es una mala noticia para países como Japón, Corea del Sur y Taiwán, que venían contando con más protección de EE.UU., y que estarán incluso más deseosos ahora de formar una coalición de contrapeso contra China en la región de Asia-Pacífico».
6. La guerra en Ucrania acelerará la carrera armamentista mundial. «El fin de la amenaza soviética dio lugar a una disminución general en gasto en armas, pero la carrera armamentista se ha reanudado en los últimos años, con China ampliando su arsenal nuclear y Rusia, EE.UU., Reino Unido, Francia y otros modernizando los suyos. El número de ojivas nucleares que se están desplegando con las fuerzas operativas está aumentando, revirtiendo una tendencia a la baja desde 1991.
Además, el desarrollo y el despliegue por parte de las principales potencias de sistemas de defensa antimisiles balísticos, armas antisatélite y misiles hipersónicos están ampliando la percepción de amenaza entre las potencias competidoras y alimentando una carrera armamentística. Esta carrera no ha alcanzado las dimensiones de aquella entre Rusia y Estados Unidos durante la guerra fría, ya que el gasto militar de EE. UU. sigue siendo más de 2,5 veces mayor que el de China, pero se está acelerando. La guerra en Ucrania conducirá a más armas y un ciclo desestabilizador de ojo por ojo en la escalada armamentística».
7. Alemania puede comenzar a desempeñar un papel más asertivo en la política de seguridad europea. «En un importante cambio de política, Alemania proporcionará armas a Ucrania, invertirá 100.000 millones de euros en las fuerzas armadas alemanas y aumentará el gasto en defensa a más del 2% del PIB, por encima del objetivo largamente ignorado de los estados miembros de la OTAN. El nuevo canciller de Alemania, Olaf Scholz, describió un punto de inflexión en su política de defensa. Alemania buscará ahora la disuasión en lugar de la distensión. Ha abandonado el gaseoducto Nord Stream 2, que previamente había defendido ante la fuerte presión estadounidense, y reducirá su dependencia energética de Rusia. La guerra de Rusia en Ucrania puede ayudar a aliviar a Alemania del bagaje de la Segunda Guerra Mundial y permitirle jugar un papel más importante en la definición de la defensa europea, prioridades exteriores y de seguridad. Esto comenzará a cambiar el equilibrio de poder en Europa».
8. Europa se verá obligada a decidir cuál es su posición en el nuevo orden mundial.
«La guerra de Ucrania es una llamada de atención para Europa, que confirma que es ella, y no EE.UU. o Rusia, la que necesita poder influir en lo que ocurre en su propio continente. Estados Unidos seguirá siendo, con mucho, el país dominante en la OTAN, pero es probable que el equilibrio cambie en los próximos años, ya que las potencias europeas, lideradas por Francia y Alemania, se toman más en serio sus intereses. La invasión rusa de Ucrania provocó una muestra de unidad sin precedentes de las potencias de la OTAN, pero ya hay señales de que la unidad podría desmoronarse con el tiempo a medida que los intereses nacionales y regionales vuelvan a surgir».
9. El desafío a la democracia global será más pronunciado. «La guerra por Ucrania profundizará la división entre campos autoritarios y democráticos. La invasión de Ucrania marca otro momento decisivo en el descenso de Rusia al autoritarismo absoluto, como se registra Índice Anual de Democracia (...) La cristalización de una alianza Rusia-China, antioccidental y autoritaria, hará que la batalla por la democracia sea aún más importante en las próximas décadas».
10. La guerra en Ucrania envalentonará a otros y avivará los conflictos existentes. «Potencias regionales con ambiciones revanchistas o expansionistas, como Azerbaiyán (Nagorny Karabaj), China (Taiwán) y Turquía (Mediterráneo oriental), estarán atentas a lo que ocurre en Ucrania.
La reacción mundial al intento de Rusia de repartirse Ucrania y el grado en que las potencias occidentales intervengan, serán estudiadas detenidamente por aquellas con objetivos similares».