Gran Bretaña: crisis policial sin precedentes
En el documento presentado Andy Cooke, Jefe de la Inspección de Policía de Inglaterra y Gales, pidió poderes ampliados en su intento por remediar la situación.
En medio de una crisis sin precedentes en la gestión de la vigilancia policial, debido a las fallas sistémicas generalizadas tanto en la policía como en el sistema de justicia penal que amenazan con dañar la confianza pública en la fuerza, Andy Cooke, Jefe de la Inspección de Policía de Inglaterra y Gales, pidió poderes ampliados en su intento por remediar la situación.
En su informe anual como jefe de Inspección de Policía y Servicios de Bomberos y Rescate (HMICFRS por sus siglas en inglés), Cooke advirtió que el tiempo está en contra de las autoridades si buscan restaurar la confianza pública en la policía. Esta demanda se produce en el marco de lo que el Inspector describe como “una de las mayores crisis que se recuerdan” para las fuerzas de seguridad.
“Fallas claras”
“Fui oficial de policía durante 36 años antes de tomar este trabajo. No tengo ninguna duda de la dedicación, la valentía y el compromiso de la gran mayoría de los agentes y el personal de policía. Pero hay fallas claras y sistémicas en todo el servicio policial en Inglaterra y Gales y gracias a una serie de terribles escándalos, la confianza pública en la policía pende de un hilo”, afirmó en el informe.
Según el inspector esta confianza se debilitó como consecuencia de delitos “atroces” perpetrados por agentes de policía, mientras que por otro lado “la detención de criminales disminuyó sustancialmente”, declaró Cooke. El año pasado la justicia británica condenó a cadena perpetua, con más de 30 años de reclusión obligatoria, a un expolicía londinense que cometió al menos 48 violaciones contra 12 mujeres durante 17 años.
También conmovió a la población el caso de Sara Everard, una ejecutiva inglesa de marketing de 33 años, violada y asesinada por Wayne Couzens, un agente integrante de la Policía Metropolitana de Londres que también trabajaba en la brigada de protección diplomática. Para remediar la situación, el inspector solicitó la implementación de nuevas medidas que aseguren el cumplimiento de mejoras dentro de la fuerza.
Víctimas insatisfechas
Cooke expresó su preocupación por el hecho de que la policía no se está encontrando con las crecientes demandas del público y frecuentemente falla en la ejecución de tareas básicas. “Las tasas de cargos disminuyeron en dos tercios desde 2014”, dijo en su informe, añadiendo que “las víctimas están cada vez más insatisfechas con la policía y el sistema de justicia penal en general”.
Según Cooke, la relación entre la policía y el público es más tensa que nunca y la expectativa pública es que la fuerza prevenga el crimen, investigue de manera adecuada y esté presente en las comunidades. “Hemos visto demasiadas ocasiones en las que se pierden oportunidades para atrapar a los delincuentes que están causando miseria en nuestras comunidades”, afirmó.
Salud mental
Sin embargo, destacó la problemática de que la policía a menudo se ve obligada a asumir responsabilidades que no pueden recaer en otros servicios públicos, especialmente en cuestiones de salud mental. Según el inspector, el año pasado la policía atendió 600.000 incidentes de salud mental, en la mayoría de los cuales no se requería su intervención.
En respuesta a esta problemática, el Comisionado de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, informó a los servicios de salud y atención social en el Gran Londres en mayo, que el servicio policial dejaría de atender incidentes de salud mental a partir de septiembre, a menos que existe una “amenaza inmediata para la vida”, según consignó BBC News.