Recientemente, Froy y su equipo se encontraron con la noticia del proyecto de implementación de un programa de censo y registro de usuarios de Tracción a Sangre en Concordia. Este programa, diseñado para abordar la problemática de la tracción animal en la ciudad, representa un paso significativo en el camino hacia la erradicación de esta práctica.
La tracción a sangre, una forma de trabajo que históricamente ha implicado el uso de animales para cargar y transportar mercancías, ha sido objeto de preocupación y debate en diversas comunidades. Si bien se han implementado programas de erradicación en el pasado, la persistencia de esta práctica ha demostrado la necesidad de abordar el problema de manera integral.
Desde Conciencia Animal, se valora la iniciativa del programa de censo y registro, que busca poner en marcha medidas concretas para combatir la tracción a sangre. Sin embargo, Froy destaca la importancia de no perder de vista el objetivo principal: el bienestar animal y la erradicación efectiva de esta práctica.
En palabras de Froy, "si no eliminamos la necesidad de que las familias dependan de la tracción animal para subsistir, el problema continuará existiendo". Es por ello que la agrupación aboga por un enfoque que no solo se centre en la identificación y control de los animales, sino que también considere las necesidades y circunstancias de las familias involucradas en esta actividad.
El programa propuesto incluye la aplicación de microchips georreferenciales a los equinos utilizados en la tracción a sangre, lo que facilitaría su identificación y seguimiento. Sin embargo, para Froy, esta medida debe ir acompañada de acciones que aborden las causas subyacentes de la tracción animal.
"Es importante cuantificar con qué problema nos estamos enfrentando", señala Froy. "No se trata solo de identificar y controlar a los animales, sino de generar condiciones para que las familias abandonen esta práctica de manera voluntaria".
En este sentido, la agrupación propone un enfoque progresivo que brinde alternativas viables a las familias que actualmente dependen de la tracción a sangre. Esto podría incluir programas de capacitación, apoyo económico y acceso a otras formas de trabajo que no impliquen el uso de animales.
"Estamos hablando de un cambio cultural y social", enfatiza Froy. "No se puede esperar que las familias abandonen esta práctica de la noche a la mañana. Pero con el apoyo adecuado, podemos avanzar hacia una sociedad más justa y respetuosa con los animales".