Un cartel advierte con claridad: "Prohibido arrojar basura". Sin embargo, a sus pies, la realidad contradice la norma. Bolsas rotas, envases plásticos y desperdicios de todo tipo se apilan en la vereda de Laprida y Vélez Sarsfield, ignorando la prohibición que cuelga sobre ellos. La escena es un reflejo de la indiferencia y la falta de compromiso ciudadano.
¿Es solo descuido o una muestra de que las reglas sin conciencia son meras decoraciones en el paisaje urbano?
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