Su defensa argumenta que la sesión estuvo presidida por Victoria Villarruel, quien debería haber asumido como presidenta interina de la Nación debido al viaje de Javier Milei a Italia, lo que, según ellos, invalida la sesión por violar la división de poderes.

Villarruel respondió que, hasta que no se le informe formalmente mediante acta, sigue ejerciendo como vicepresidenta. Sin embargo, desde Casa Rosada rechazaron su versión, mostrando documentos que prueban que fue notificada del viaje con anticipación. Aunque el Ejecutivo no planea acciones contra Villarruel, busca exponer su contradicción.
Por su parte, Milei cuestionó públicamente a su vicepresidenta, señalando que ella sabía del viaje con 48 horas de anticipación y que su rol en el Senado generó un conflicto institucional. “Esto violenta la división de poderes, pero la votación podría repetirse porque los números demuestran que todos queremos a Kueider fuera”, afirmó en una entrevista. También criticó al kirchnerismo por no aplicar el mismo criterio a otros senadores como Oscar Parrilli.
El caso, además de exponer tensiones entre Milei y Villarruel, plantea un desafío legal e institucional, mientras se discute si la sesión que expulsó a Kueider será declarada nula o si el Senado procederá a repetir el proceso.