La antigua lámpara de aceite judía de 1.600 años que ha resuelto un enigma arqueológico
Las excavaciones previas a la construcción de un nuevo barrio en la ciudad israelí de Beit Shemesh han dejado al descubierto uno de los talleres de lámparas de aceite más grandes hallado en el país, que se remonta a 1.600-1.700 años, junto a cientos de moldes, lámparas y figuras paganas de terracota.
«El festival de janucá es una maravillosa oportunidad para informar al público sobre la recuperación de estas lámparas, que fueron los principales medios de iluminación en la antigüedad», han afirmado los autores del hallazgo en un comunicado publicado por la Autoridad de Antigüedades de Israel. El descubrimiento ha sorprendido a los especialistas no sólo por su cantidad y calidad, sino también porque ha resuelto un misterio arqueológico que se remonta a 1934.
Ese año, Dimitri Baramki, inspector en nombre del Departamento de Antigüedades durante el Mandato Británico, descubrió una cisterna de agua en la región de Beit Shemesh. Al comenzar las excavaciones, se sorprendió al hallar un antiguo «tesoro»: un gran número de lámparas de aceite intactas con motivos de animales y plantas y diseños geométricos. Las piezas estaban fechadas en el período romano tardío (siglos III-IV) y se llamaron «lámparas Beit Nattif», al tomar el nombre de la aldea cercana. Se convirtieron en una marca distintiva dentro de la arqueología.
Después del mandato británico, la ubicación del enclave se desvaneció y no volvió a aparecer, a pesar de todos los esfuerzos que se hicieron por localizarla. Hasta ahora.
Los directores de excavación de Beit Shemesh, Moran Balila, Itai Aviv, Nicolas Benenstein y Omer Shalev, quedaron perplejos al comprobar la similitud entre las instantáneas de la cisterna realizadas hace 85 años y el taller recién descubierto.
«The Times of Israel» recoge los testimonios de los científicos: «La cisterna de la lámpara de aceite Beit Nattif ha vuelto a la vida. Estamos muy emocionados, ya que este no es solo un descubrimiento arqueológico importante por derecho propio, sino también una evidencia tangible de la historia de la arqueología».
«Las figuras y los motivos de las lámparas de la región de Beit Nattif cuentan la historia de las colinas de Judea en el período posterior a la revuelta de Bar Kokhba», ha explicado en el citado texto Benyamin Storchan, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, experto en lámparas de Beit Nattif.
«Por los escritos de Josefo -ha continuado-, sabemos que durante el período del Segundo Templo, Beit Nattif era un centro administrativo regional, una de las diez principales ciudades bajo el dominio hasmoneo». Después del fracaso de la revuelta y la toma de control romana de la región, la población judía local se vio muy disminuida y, al mismo tiempo, los paganos comenzaron a poblar la zona. Las numerosas figuritas desenterradas dan fe de este cambio.
El hecho de que haya lámparas de aceite de cerámica decoradas con símbolos claramente judíos como el shofar, el quemador de incienso y siete menorá ramificada «nos dice que la vida judía continuó existiendo en las colinas de Judea, mucho después del fracaso de la rebelión», ha concluido el científico.