La prueba de ADN confirmó la muerte del líder del grupo paramilitar Wagner
Tras llevarse a cabo un “análisis genético molecular”, se estableció que las identidades de las diez víctimas cuyos cuerpos fueron encontrados “corresponden a la lista” de pasajeros y tripulantes del avión, incluido Yevgueni Prigozhin.
Rusia confirmó este domingo formalmente la muerte de Yevgueni Prigozhin, el líder del grupo paramilitar ruso Wagner, al estrellarse el miércoles en el noroeste de Moscú el avión en el que viajaba por causas que aún se investigan.
El Comité de Investigación ruso realizó un “análisis genético molecular”, que estableció que las identidades de las 10 víctimas cuyos cuerpos fueron encontrados “corresponden a la lista” de pasajeros y tripulantes del avión que se estrelló en la región del Tver, informó en un comunicado, según la agencia de noticias AFP.
Entre los pasajeros se encontraba también Dmitri Utkin, jefe de operaciones del grupo paramilitar y lugarteniente de Prigozhin.
El aparente accidente se produjo exactamente dos meses después de que Wagner encabezara un motín contra la cúpula militar de Moscú, lo que desató una ola de especulaciones sobre el origen del siniestro.
Gobiernos opositores al presidente ruso, Vladimir Putin, insinuaron que el Kremlin podía estar detrás del suceso. Putin negó tajantemente las acusaciones, a las que calificó de “mentira absoluta”, y prometió el jueves pasado una investigación “en su totalidad y hasta el final” sobre lo ocurrido, en su primera declaración pública sobre el incidente.
El equipo ruso que investiga el accidente indicó el viernes que había encontrado la caja negra del aparato, que registra todas las operaciones de vuelo y los diálogos entre los pilotos. Sin embargo, hasta esta noche (la tarde en la Argentina) no comunicaron ninguna hipótesis sobre las causas del accidente.
El servicio de emergencias dijo el miércoles que rescatistas encontraron 10 cuerpos en el lugar del accidente, y medios rusos citaron fuentes de Wagner no identificadas o cuentas de redes sociales vinculadas al grupo que afirmaron que Prigozhin había muerto.
Prigozhin, que solía usar disfraces al viajar al exterior y tenía varios dobles y múltiples pasaportes, ya había sido dado por muerto en dos ocasiones, entre ellas una en 2019 en un accidente de avión en Congo.
Desde que se conoció el siniestro, se alzaron altares improvisados en homenaje a Prigozhin en varias ciudades del país, que demuestran su popularidad en esas zonas, donde el grupo Wagner disponía de centros de entrenamiento.
El fundador y jefe del grupo paramilitar Wagner se convirtió en una figura protagónica en Rusia por su papel en el conflicto de Ucrania.
“Los enemigos lo mataron, pero esperamos que haya una venganza contra los que cometieron este crimen”, declaró a la prensa un partidario de Prigozhin, frente a un memorial lleno de flores en Moscú.
Putin acusó a Prigozhin, a quien conocía desde la década de 1990, de “traidor” después de que protagonizara un motín armado los días 23 y 24 de junio contra la cúpula militar rusa. La rebelión abortada de Wagner sacudió al gobierno ruso en medio del conflicto con Ucrania.
Prigozhin dio marcha atrás después de que se sellara un acuerdo para que pudiera exiliarse con sus hombres en Bielorrusia y se retiraran los cargos en su contra. Pero el líder de Wagner siguió viajando a Rusia y acudió al menos una vez al Kremlin.
El impetuoso multimillonario de 62 años, reconocible por su cabeza perfectamente rapada y sus duros rasgos, se rebeló el 24 de junio contra el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, tras acusarlo de ordenar el bombardeo de bases de Wagner en la retaguardia del frente ucraniano.
Prometió entonces “frenar” a la cúpula militar de Moscú, recordando que tenía a su disposición a “25.000” combatientes, y llamó a los rusos a unirse a sus fuerzas para “acabar con el desorden”. Putin lo llamó “traidor” y advirtió del riesgo de una “guerra civil”.
Los hombres de Wagner habían conseguido apoderarse de cuarteles en el sudoeste de Rusia y emprendieron una marcha hacia Moscú, pero Prigozhin reculó y puso fin al motín ese mismo día.
A cambio, el líder de los mercenarios fue en principio perdonado y logró un acuerdo que le permitía marcharse a Bielorrusia y a sus hombres, incorporarse al ejército regular ruso. Prigozhin volvió varias veces a Rusia e incluso fue recibido el 29 de junio por Putin en el Kremlin.
Luego del accidente, el presidente de Bielorrusia, país aliado de Moscú, Alexander Lukashenko, dio su apoyo al Kremlin y afirmó que no “podía imaginar” que Putin hubiera dado la orden de asesinar al líder de Wagner, dado que es una persona “prudente” y que, de ser un incidente intencionado, sería “poco profesional”.
“No puedo decir quién lo hizo”, señaló el mandatario, en sus primeras declaraciones ante la prensa, cuando aún no se había confirmado el fallecimiento de Prigozhin.
Wagner, que salió de Ucrania tras el motín, sigue presente en África, aunque su futuro está ahora en suspenso. El grupo fue acusado de abusos, ejecuciones extrajudiciales y torturas.
El lunes por la noche apareció en un video difundido por grupos cercanos a Wagner en el que Prigozhin decía que estaba en África, para “hacer a Rusia aún más grande en todos los continentes y a África, aún más libre”. No viviría para esa nueva empresa.
La trayectoria de Prigozhin es insólita: encarcelado en Rusia durante casi una década al final de la era soviética, al salir de prisión montó un exitoso negocio de venta de panchos en San Petersburgo, y empezó a ascender como empresario hostelero hasta llegar a codearse con las altas esferas y entrar en otros negocios, notablemente, la creación del grupo paramilitar Wagner.
Durante años, Prigozhin envió mercenarios a Medio Oriente y África, aunque siempre negó cualquier implicación en ellos. En mayo de este año logró su consagración al reivindicar la conquista de la ciudad ucraniana de Bajmut.
En septiembre de 2022, cuando el ejército ruso sufría serios y humillantes reveses, Prigozhin se presentó por primera vez como el fundador de Wagner. En octubre de ese año, instaló sus oficinas en un edificio de vidrio de gran lujo de San Petersburgo y empezó a reclutar a miles de hombres directamente en las cárceles rusas.
La oferta a los convictos era luchar a cambio de ser amnistiados. Con una advertencia: los desertores y aquellos que se dejaran capturar serían ejecutados.
“No beban mucho, no se droguen, no violen a nadie”, dijo también a un grupo de prisioneros que habían combatido seis meses y recuperado la libertad.
A diferencia de los generales rusos, criticados por no participar personalmente en las batallas, Prigozhin ganó prestigio al posar junto a sus mercenarios en la línea del frente.
La guerra continúa
La confirmación de la muerte de Prigozhin coincide con un recrudecimiento de los ataques entre Rusia y Ucrania, ya que autoridades rusas informaron este domingo que sus regiones fronterizas fueron nuevamente blanco de ataques de drones. Ucrania, a su vez, informó de un bombardeo nocturno.
El Ministerio de Defensa ruso señaló que derribó dos drones ucranianos que sobrevolaban regiones fronterizas y poco antes, el gobernador de Bélgorod había informado que un dron había matado a un hombre.
En la región de Kursk, también fronteriza, el gobernador anunció que un dron se estrelló en la noche contra un bloque de viviendas. “No hubo incendios, ninguno de los residentes resultó herido”, precisó Roman Starovoit en redes sociales.
La capital y otras regiones rusas han sido blanco de ataques con drones en días recientes, luego de que Kiev prometiera a comienzo de este verano “regresar” el conflicto en Rusia.