Merkel rectifica y pide perdón por plantear el cierre total durante la Semana Santa
El hecho de que los alemanes no pudiesen comprar absolutamente nada desde la noche del miércoles a la mañana del domingo hacía prever aglomeraciones y colas en los próximos días.
Después de la larga noche del lunes al martes, en la que Merkel anunció a las tres de la madrugada nuevas restricciones que incluían un cierre total durante los días de Semana Santa, de jueves a domingo, en los que ni siquiera el sector de la alimentación podría abrir las puertas, la canciller alemana decidió rectificar. Convocó con urgencia de nuevo a ministros y presidentes de los Bundesländer y les dijo: «Asumo toda la responsabilidad, ha sido mi error y hay que dar marcha atrás». Añadió, según fuentes presentes en esa conversación, que «cuando te das con la cabeza contra la pared, siempre gana la pared... eso me dice mi larga experiencia».
Minutos después compareció públicamente para decir que «un error debe ser reconocido como tal y sobre todo debe ser corregido, si es posible cuando aún se está a tiempo». «Entiendo que este nuevo cambio en tan corto plazo cause confusión y lo lamento profundamente, pido perdón a todos los ciudadanos y ciudadanas», añadió, inmediatamente antes de acudir ante el pleno del Bundestag para responder allí a cuantas preguntas planteó la oposición. Se negó sin embargo a plantear una moción de confianza sobre la gestión de la pandemia y escuchó quejas por la toma de decisiones ajena a los debates parlamentarios.
El «tiempo de calma» anunciado para Semana Santa había recibido numerosas críticas en horas anteriores. El hecho de que los alemanes no pudiesen comprar absolutamente nada desde la noche del miércoles a la mañana del domingo hacía prever aglomeraciones y colas en los próximos días, fundamentalmente en los supermercados, que llevarían a su vez a indeseadas concentraciones e incluso situaciones de desabastecimiento de productos. La cadena de supermercados Aldi había hecho ya un primer llamamiento a los consumidores para que «mantengan un nivel razonable de existencias». «Aparentemente, las medidas no se han pensado hasta el final», había declarado Bernhard Burdick, experto en alimentos del centro de consumidores de Renania del Norte-Westfalia, «ni se entiende qué se va a conseguir con un cierre de solo unos pocos días que a su vez provocará grandes concentraciones de clientes en los días previos y posteriores».
El gobierno mantiene, en cambio, la petición a las iglesias de una Semana Santa lo más virtual posible y el resto de restricciones, que incluyen el vigente desde diciembre cierre de gastronomía, ocio, cultura, deporte y turismo. Berlín, está estudiando, además, la posibilidad de prohibir los viajes turísticos a destinos muy populares, entre los que se encontraría la isla de Mallorca.