NACIONALIZACI�N FERROVIARIA LA VERDAD DE LA MILANESA
Lo cierto es que para 1946 los ferrocarriles se habían convertido en una carga para los británicos, ya que no se habían realizado inversiones en ellos desde la gran depresión de los años 30 y, gradualmente, se habían ido convirtiendo en una chatarra bastante desvencijada, obsoletos, con un atraso de 20 años en la tracción, vagones con cajas de madera y de dos ejes en su gran mayoría y una red de vías férreas con un atraso similar al del material rodante.
Al finalizar la guerra, los ingleses quedaron con una economía absolutamente exhausta. La enorme ayuda prestada a los ingleses por los EEUU fue acompañada luego con el descomunal apoyo que significó para Europa destruida el Plan Marshall. En el caso de los ingleses, los norteamericanos le exigieron que se desprendiera de los activos de los que aún disponía en el exterior, entre ellos los ferrocarriles argentinos.
Por otra parte, Argentina había abastecido durante la contienda al Reino Unido con alimentos y habíamos acumulado un formidable crédito en libras. Además, la denominada Ley Mitre (5315) que otorgaba a los ferrocarriles exenciones impositivas importantes, vencía en 1947. Urgidos entonces por los EEUU se inician negociaciones entre ambos países, siendo designado por nuestro país el Presidente del Banco Central Miguel Miranda, y este fue quien las llevó a cabo con empresarios ingleses con la finalidad de crear una sociedad mixta, pero los británicos pretendían que fuera con un aporte de capital exclusivamente argentino. Las negociaciones duraron un año y medio con pocos avances, ya que el Estado Argentino exigía con lógica que los británicos contribuyeran a la formación de ese capital.
Finalmente, todo concluyó cuando el Reino Unido, unilateralmente el 20 de agosto de 1947 declara la inconvertibilidad de la libra (default). Esta nueva situación solo podía resolverse con la nacionalización total del bien en discusión, que concluye con el Tratado Eady- Bramuglia del 1º de abril de 1948 por la suma antes indicada.
LA REPRESI�N OBRERA
Solo dos años después (1950) comenzó la primera huelga ferroviaria, la que no contó con el apoyo de la Unión Ferroviaria (cegetista) por el malestar ocasionado por la declinación de los salarios y esa falta de apoyo de la burocracia sindical determina que los obreros eligieran en una asamblea una Comisión de Emergencia, hasta lograr ser recibidos por el Ministro de Transportes, coronel Juan Francisco Castro en el que los huelguistas lograron un aumento del 22% y también salario familiar por esposa e hijos hasta 18 años.
Al mes siguiente la Unión Ferroviaria intervino 8 filiales y el Ministro de Transportes anuló los aumentos que había acordado con los trabajadores. Los que habían participado de la huelga fueron despedidos y encarcelados.
Las huelgas no se originaron solo por reclamos salariales sino también por la pésima gestión del gobierno en la administración, como así también en protesta por los burócratas de la Unión Ferroviaria que no defendieron a quienes representaban. La Junta de Emergencia convocó a los obreros a expresar su repudio a la intervención de las filiales frente al local de la Unión Ferroviaria en la Av. Independencia 2880, la que fue disuelta a sablazos por la policía.
Hacia fines de diciembre de ese mismo año, la Comisión Consultiva de Emergencia continuó exigiendo la liberación de los compañeros detenidos.
El 23 de enero de 1951, los delegados de los distintos ferrocarriles declararon la huelga por tiempo indeterminado a partir de esa fecha. Las autoridades gubernamentales rechazaron de plano las exigencias de los huelguistas y declararon la ilegalidad del paro y además cesantearon a los 40 miembros de la Comisión Consultiva de Emergencia.
El aumento de salarios era una medida imposible de cumplir por el gobierno que buscaba profundizar la reducción del gasto público, entre ellos los costos laborales.
En cuanto a la posición de Perón fue contundente con referencia a este caso, y en un comunicado del 24 de enero la fija con claridad �Slos que no se presentaron a cumplir el servicio serán exonerados⬝ quienes han dirigido la huelga �Sserán entregados a la Justicia Federal por violar la Ley de Seguridad del Estado⬝ y finalmente �Spromulgaré por decreto la movilización de todo ese personal que se niega a concurrir a sus tareas decretando la movilización, el que concurre a su trabajo está movilizado en él, el que no concurra tendrá que ser procesado e irá a los cuarteles, y se incorporará bajo el régimen militar, de acuerdo al Código de Justicia Militar⬝.
Esta medida suele ser denominada �Smovilización militar de los ferroviarios⬝ en donde cerca de 2.000 trabajadores fueron detenidos y 300 quedaron presos.
Para el 26 de enero la huelga había sido desarticulada.
El Estado pasó a controlar todas las organizaciones gremiales y la iniciativa obrera perdió vigor, sus dirigentes fueron cooptados y finalmente burocratizados.
La Unión Ferroviaria pactó con el Ministerio de Trabajo para lograr acuerdos y poner fin a los conflictos y la represión debilitó totalmente la iniciativa de los trabajadores.
La huelga estaba totalmente derrotada.
Referencias: Desarrollo y Racionalización Juan Ovidio Zabala Editorial Arayu 1964
Félix Luna � PER�N Y SU TIEMPO Buenos Aires Editorial Sudamericana 1985
Hugo Gambini � HISTORIA DEL PERONISMO � Editorial Planeta Argentina 1999
Roberto Potash � EL EJ�0RCITO Y LA POLITICA EN LA ARGENTINA 1945 � 1962