Nueva York se queda sin miles de policías y bomberos por la obligatoriedad de la vacuna
En ambos cuerpos, los sindicatos tienen una implantación muy fuerte y muchos de sus miembros siguen una línea más conservadora que la de los regidores demócratas de la ciudad.
Desde esta semana, la vacuna contra el covid-19 es obligatoria para todos los funcionarios de la ciudad de Nueva York y la oposición a la medida -en especial en los cuerpos de bomberos y de policía- ha dejado a la principal ciudad de EE.UU. sin miles de efectivos clave para su seguridad.
El alcalde de la ciudad impuso el mandato de la inmunización el pasado 20 de octubre, después de que a finales de este verano la variante Delta del covid devolviera a EE.UU. a niveles de contagios y hospitalizaciones del invierno pasado y ante la posibilidad de que esta temporada de otoño-invierno se produzca otra oleada de covid.
La decisión de De Blasio está en la línea con la de otros mandatarios demócratas del resto del país -frente a la oposición a imponer la vacuna que defienden la mayoría de republicanos, empezando por el expresidente Donald Trump- y con la de Joe Biden. El presidente de EE.UU. también ha impuesto la vacunación para funcionarios federales, sanitarios que trabajen en clínicas y hospitales con subvención federal, el ejército y, sobre todo, los millones de estadounidenses que trabajan en empresas con plantillas de más de cien personas. Esta última medida está todavía en fase de diseño y desatará una inmensa batalla legal.
En los últimos días, miles de funcionarios neoyorquinos se han puesto la vacuna a regañadientes para no perder su sueldo. Entre los 378.000 empleados públicos sujetos a la obligación -entre otros, profesores, personal penitenciario, servicios de emergencias, policías y bomberos- el porcentaje de vacunados era del 86 % el pasado jueves y este lunes, cuando entraba en vigor el mandato, ya había subido al 91 %.
Tanto en el cuerpo de policías como en el de bomberos los sindicatos tienen una implantación muy fuerte y muchos de sus miembros siguen una línea más conservadora que la de los regidores demócratas de la ciudad. Los más reacios son los bomberos, entre los que el índice de vacunación este lunes era todavía solo del 77 %. Se trata de un servicio esencial y algunos han tratado de echar un pulso a la ciudad con su rechazo a la vacuna.
El comisionado de Bomberos de la ciudad, Daniel Nigro, detalló que 2.300 bomberos aseguraron que estaban enfermos y no acudieron a su puesto de trabajo, un claro desafío a las autoridades. «Sabemos que está relacionado con las protestas frente a la obligación de vacuna, es obvio», dijo Nigro, y advirtió que la deserción masiva y organizada podría llevar a medidas disciplinarias.
En el caso de los policías, el porcentaje de vacunados ascendió con rapidez en los últimos días, pero todavía muy lejos de cubrir a todo el cuerpo, con un 85% de inmunizados. Sus intentos de bloquear la obligación en tribunales no ha surtido efecto.
En total, hay unos 9.000 funcionarios de baja no remunerada por no haberse vacunado, y otros 12.000 que todavía no se han inmunizado pero que no han perdido su salario porque han pedido exención por cuestiones médicas o religiosas. Tardarán días en resolverse, pero la expectativa es que no se concedan de forma mayoritaria.
No es un problema exclusivo de Nueva York. Ciudades de todo el país, desde Chicago a Los Ángeles, se enfrenta a rebeliones y batallas legales por parte de los funcionarios que no quieren cumplir con medidas que imponen la vacuna.
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