Parlamento Territorial de Cuidados en Entre Ríos
Dentro de la Campaña Nacional �SCuidar en Igualdad. Necesidad, derecho y trabajo⬝ del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD), se realiza esta tarde el parlamento territorial de Cuidados en la provincia de Entre Ríos.
Durante la actividad, referentas feministas de organizaciones políticas, sociales, sindicales y académicas; y representantes de instituciones y áreas provinciales y municipales de género y diversidad vinculadas al trabajo con la niñez, la adolescencia, los adultos y adultas mayores y con discapacidad, dialogaron sobre la actual distribución de las tareas de cuidado en la localidad, los servicios existentes a nivel estatal, privado y comunitario, las problemáticas que subyacen respecto a la actual organización social de estos trabajos y las necesidades y demandas locales.
Estos encuentros proponen poner en debate la manera en que se concibe y se vive la organización social de los cuidados y reunir los aportes de cada una de las localidades y provincias de nuestro país para sumarlos a otras mesas decisoras de políticas públicas nacionales, provinciales y municipales.
Estos encuentros proponen poner en debate la manera en que se concibe y se vive la organización social de los cuidados y reunir los aportes de cada una de las localidades y provincias de nuestro país para sumarlos al Anteproyecto de Ley del Sistema Nacional y Federal de Cuidados Igualitarios y a otras mesas decisoras de políticas públicas.
Entre las autoridades provinciales, participaran la vicegobernadora Laura Stratta; la ministra de Desarrollo Social, Marisa Paira; la Secretaria de Mujeres, Género y Diversidad, Mariana Broggi; la subsecretaria de Desarrollo Humano y Políticas de Cuidado, Muriel Stablun, por parte del MMGyD, Pilar Escalante, subsecretaria de Políticas de Igualdad; Iris Pezzarini, directora de Articulación Integral de Políticas de Cuidado; Clara Pérez Cejas, directora de Campañas Culturales para la Igualdad de Géneros.
Además de Judith Said, Directora de Género y Derechos Humanos de AFIP, representante en Mesa Interministerial de Políticas de Cuidados.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a los trabajos de cuidado?
Son las actividades básicas que hacemos para vivir
-Hacer las compras.
-Cocinar.
-Realizar la limpieza del hogar (barrer, planchar, ordenar, hacer la cama, entre otras).
-El cuidado directo de otras personas (niños, niñas, niñes, adolescentes, personas mayores y personas con discapacidad que requieren apoyos).
-La coordinación de horarios y traslados (médico, escuela, cumpleaños, actividades extra escolares, apoyo escolar, entre otras).
-Tareas comunitarias y otras actividades en el barrio.
¿Quiénes participan de la organización social del cuidado?
-Quienes requieren cuidados. Todas las personas en algún momento de nuestras vidas los necesitamos (cuando nacemos, cuando nos enfermamos, si somos niños, niñas, niñes, adolescentes, personas con discapacidad, personas mayores, entre otros y otras).
-Personas que hacen los trabajos de cuidados en el hogar (mamá, papá, hermano, hermana, tía, tío, abuela, abuelo, vecinas, vecinos, entre otros y otras).
-Las personas que proveen cuidados en instituciones (cocinera, cocinero, trabajadores y trabajadoras del sistema de salud, personal de limpieza, entre otras y otros).
-Trabajadoras de casas particulares.
Espacios comunitarios.
Instituciones que proveen cuidados.
Normas que regulan directa o indirectamente las actividades vinculadas con los cuidados.
¿De qué manera impacta la sobrecarga de cuidados en las mujeres y LGBTI+?
Los cuidados recaen mayoritariamente sobre las familias y, dentro de éstas, sobre las mujeres y LGBTI+. Esto implica que, al ocuparse de los trabajos de cuidado, dedican la mayor parte de su día a esas actividades y tienen:
Menos tiempo libre y de descanso.
Menor tiempo para desarrollarse profesional y laboralmente.
Menos acceso al mercado de trabajo.
Menos posibilidades de tener salarios equivalentes al de los varones (brecha salarial).
Mayores tasas de desempleo e informalidad.
Menos tiempo para participar en actividades políticas.
Más probabilidad de caer en la pobreza.
Menores posibilidades de salir de situaciones de violencia por falta de autonomía económica.