"Recordadores" del pasado de Concordia
El Museo es un espacio donde suceden múltiples aspectos de la cultura de nuestra ciudad. Como les comentamos en este espacio, el Consejo Internacional de Museos (ICOM) define el concepto de "museo" como: "una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial.
Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los muesos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos"; queremos enfatizar en el rol de la comunidad y sobre todo de ciertos actores que son fundamentales para la labor que realizamos.
Nuestra amiga Marta Müller, escritora, que aporta de manera brillante relatos y narraciones de la historia de Concordia ha bautizado a estos actores que indicamos más arriba, como "recordadores". Ustedes se preguntaran: ¿quiénes son los "recordadores"?. Podríamos definirlos (si se me permite el atrevimiento) como: aquellas personas que nos ayudan de manera generosa y desinteresada, a través de distintas crónicas, a reconstruir características o eventos de la vida cotidiana o costumbres del pasado concordiense. La tarea del "recordador" es sumamente valiosa, pues nos brinda y cuenta sobre lo microsocial, aquello que han vivido nuestros antepasados y que se vincula con la identidad y la cultura.
Uno de los mejores "recordadores" que se destaca en esta tarea, es Faustino Torrano. Él, escribe y rememora estas peculiaridades. Nos ha donado, al Museo, uno de sus cuadernos que se titula: "Datos para la Historia Lugareña. Fábricas y Talleres de Concordia en la primera mitad del siglo XX". En ese ejemplar, que alguna vez nos encantaría poder compilar y editar, recorre a través de breves líneas, ayudado de croquis de ubicación de los distintos negocios, datos distintivos del mundo del trabajo local. En este sentido, les acercamos un pequeño extracto de la crónica de Faustino, del Taller de Leopoldo Sersewitz, a saber:
"Este Taller ocupaba 1/4 de manzana en la esquina de calle San Luis y Urdinarrain. Trabajaban en él unos 70 obreros o más, muchos de ellos especialistas en determinadas labores: como era el caso del "gallego Díaz" que con gran habilidad fabricaba las celosías metálicas o Don Luis Bombig (austríaco) que forjaba el hierro como pocos. Faustino Torrano (padre) era el encargado de la fábrica de camas. Tenía a su cargo unos quince jóvenes operarios con los que fabricaba hasta trescientas camas por mes.
Leopoldo Sersewitz era el dueño del taller y con él trabajaban sus hermanos: José, Luís y Santiago.
Cuando se instaló en Concordia la Compañía Entrerriana de Teléfonos (CET), en la esquina de calle San Luis y A. del Valle frente al Taller de Serserwitz, la CET contrató a éste para la fabricación de las grandes columnas metálicas para el tendido de líneas telefónicas. El nuevo gerente se relacionó con Sersewitz y terminaron asociándose. Al asociarse Leopoldo Sersewitz con Carmelo Ricós, la firma pasó a denominarse "Sersewitz y Cía". Duplicaron el capital y redoblaron la producción.
Con el ingreso de Ricós importaron una enorme cantidad de perfiles de hierro, chapa y alambres comprados en Alemania. Se construyó un depósito cerca del puerto desde donde se transportaban los hierros con carros de la tropa de Campopiano que durante meses acarrearon hierros desde el puerto al depósito.
En el Taller se Sersewitz se fabricaban los tejidos de malla romboidal de alambre de hierro galvanizado. Contaban que en ese entonces un obrero tejedor de apellido Guattini era capaz de cargar con cinco rollos de alambre de 40 kg. cada uno. Dicen que flexionaba las piernas y se hacía cargar dos rollos en cada brazo y le cargaban otro rollo en el cuello (como collar). ¡Con esta carga se incorporaba y caminaba los cuarenta metros que separaban el depósito de la máquina tejedora! Los Guattini, así también como los Rojas y los Bignotti, eran grupos de hermanos que todos trabajaban en el mismo taller”.
Un agradecimiento especial a: Omar Lagraña, Marta Müller y a Faustino Torrano.
Nos volvemos a encontrar en una semana para descubrir más historias de Concordia.
Museo Regional Palacio Arruabarrena, dirección: Entre Ríos y Ramírez.
Mag. Lic. Silvana de Sousa Frade
Directora del Museo Regional Palacio Arruabarrena