Se complicó la carga de datos y difusión de los resultados definitivos
Problemas para publicar los datos definitivos del censo 2022 complican por estas horas al Indec, a más de tres meses del operativo.
�SLa evaluación realizada sobre las planillas de conteo rápido concluyó que, por motivos diversos, un porcentaje de habitantes de las viviendas que respondieron el Censo digital no fue incluido y, por lo tanto, no permite reflejar íntegramente los totales preliminares de la población existente en cada una de las jurisdicciones del territorio nacional⬝, informó el organismo que encabeza Marco Lavagna.
Según publicó La Política On Line, a la licitación del censo la ganó la UTE Kollor-Modoc que lidera la imprenta Kollor-Press, que actualmente se dedica a imprimir los diarios Página 12 y Ambito Financiero.
Esta empresa nunca realizó un censo y no tenía antecedentes en manejo de papeles de seguridad e impresiones de la magnitud del trabajo a realizar.
Modoc, por su parte, pertenece a Diego Mazer, un empresario muy cercano a Daniel Scioli y Juan Manzur, con buenos contactos en el oficialismo.
La falta de antecedentes de estas empresas quedó de manifiesto luego de la realización del operativo de relevamiento.
La impresión de las planillas del censo, según fuentes del mercado, no logró alcanzar la calidad necesaria y complicó la lectura de los escáneres de Modoc, por lo que cumplido el plazo de 90 días que prometió el Indec para publicar los datos, aún no se pueden ver los resultados preliminares del censo.
Esta versión que circula en el mercado y en el Gobierno fue rechazada por el Indec.
Fuentes del organismo afirmaron a La Política On Line que Mazer no tuvo problemas en el escaneo de las cédulas censales, un proceso que terminará en octubre. Además dijeron que la impresión, a cargo de Kollor, se cumplió en tiempo y forma, con la calidad estipulada.
Según la versión oficial, lo que demoró la carga fue el problema con las �Splanillas resumen⬝, que no estuvo a cargo de ninguna de estas dos empresas.
Justamente por el éxito que tuvo el censo digital, mucha gente en los edificios ponía los códigos censales a cargo del censista y en algunos casos no se cargó con precisión la cantidad de habitantes por cada vivienda, entre otros datos, explicaron las fuentes.
Las irregularidades ya se notaron durante la licitación. Las ofertas promedio rondaban los 6.000 millones y la UTE de Modoc y Kollor ofertó 4.200 millones.
En el mercado sospecharon de movida porque sostenían que no había manera de hacer el censo con ese precio.
Incluso la empresa Boldt se indignó porque a la hora de mostrar antecedentes en una tarea tan sensible como la realización de un censo, la UTE de Modoc y Kollor presentó como propios trabajos que había hecho Boldt.
Otro tema escandaloso es el anuncio que hizo el Indec la noche posterior al Censo, cuando aseguró que la Argentina tiene un total de 47.327.407 habitantes.
Sin los datos procesados, es una incógnita cómo el Gobierno anunció un número tan preciso de habitantes. El número exacto de habitantes no deja de ser anecdótico ya que cambió al día siguiente del muestreo, pero corren el riesgo de perderse otros datos sensibles para el Estado que podrían marcar el rumbo de las políticas de un gobierno, como la del diseño de una política de viviendas o un sistema de transporte más racional.