SESQUICENTENARIO MUERTE DE JUSTO JOSE DE URQUIZA
El 11 de abril de 1970, exactamente hace hoy 150 años, una partida de unos cincuenta hombres armados, tras dominar a la guardia, irrumpía violentamente en el Palacio San José �cerca de Concepción del Uruguay- y asesinaba a balazos y puñaladas, en presencia de su familia y colaboradores, al principal morador del lugar, el gobernador de Entre Ríos general don Justo José de Urquiza-
El grupo asaltante lo encabezaba el cordobés Simón Luengo. Y lo integraban personajes de avería, orientales, correntinos y algún porteño. Solamente un entrerriano José María Mosqueira, quien no participó directamente del asesinato.
Más o menos a la misma hora y coordinadamente, otro grupo insurrecto asesinaba en Concordia a Justo Carmelo y Waldino, hijos del general. Lo cual demuestra que no fue un crimen casual sino premeditado.
Con eso se cerraba un ciclo y desaparecía de escena el principal impulsor y constructor de la Argentina moderna.
Aún cuando hoy son otras las preocupaciones que nos agobian, vale la pena recordarlo.
UN POCO DE HISTORIA
Cuando en el mundo antiguo, hacia más o menos el año 600 DC, cayó el Imperio Romano, desapareció la autoridad estatal que centralizaba el poder, Europa se dividió en infinidad de pequeños territorios.
Se inició el período del feudalismo: un gran señor jefe militar, al mando de soldados tomaba bajo su protección una determinada comarca. A cambio, los pobladores o �Ssiervos de la gleba⬝, debían trabajar para él y pagarle tributo entregándole la mayor parte de lo que cosechaban o producían.
Estos territorios vivían aislados entre sí, con muy poca comunicación.
El señor feudal ejercía autoridad plena, era amo de vida y muerte sobre sus súbditos.
Fue lo que se llamó �SEdad Media⬝, período de general estancamiento en las artes, la cultura, el conocimiento, la ciencia y el comercio.
Más o menos hacia 1300 estalló la terrible �Speste negra⬝ que mató, algunos dicen la mitad, otros un 60% de la población de Europa.
En las ciudades, morían como moscas, sobre todo los más pobres.
Se necesitaba mano de obra urgente, que aumentaba su valor.
Eso atrajo mucha gente de los campos a las urbes, lo cual debilitó y finalmente abatió el poder de los señores feudales, en beneficio de los habitantes de las ciudades (en alemán �Sburgos⬝) es decir los burgueses.
De allí surgió el Renacimiento, el auge de las artes, el comercio, la ciencia y la cultura.
La formación de los Estados nacionales, con una cabeza �el rey- una moneda, idioma, leyes y fronteras delimitadas.
En otras palabras, el fin del sistema feudal, del oscurantismo de la Edad Media y el ingreso definido y definitivo del mundo en la Edad Moderna.
Un salto gigantesco de la Humanidad.
Pero ¡a que costo!
Muchísimos muertos, algunos dicen que hasta cincuenta millones.
¿por qué recordamos estos eventos de la Historia humana?
ENTRE NOSOTROS
Porque aquí, de alguna manera, se dio un proceso similar: cuando nos emancipamos y desapareció en estas tierras el poder de la Corona española, surgieron también, y por casi medio siglo, con otras características, sistemas parecidos al feudalismo europeo.
Caudillos provinciales que mandaban en forma casi absoluta en sus territorios.
Aislados, con aduanas interiores, ejércitos particulares y emisión de moneda propia y leyes y reglamentos diferentes.
En ese contexto destaca, con nítido perfil, la figura de don Justo José de Urquiza, caudillo-gobernador de Entre Ríos.
Jefe militar destacado e indiscutible, gobernante fuerte y enérgico , dueño de la mayor cantidad de tierra en la provincia ¿qué le impedía ser el más fuerte señor feudal del panorama criollo?
Hasta podía señalarse en él aptitudes idóneas para ejercer el �Sderecho de pernada o desfloramiento⬝, entre sus súbditos del sexo opuesto, como lo revelan sus reconocidas dotes donjuanescas traducidas en la decena de hijos extramatrimoniales que procreara.
Pero Urquiza- y aquí está su grandeza- renunció a ser eso, el jefe absolutista y autoritario que, muy probablemente lo impulsara su propio carácter.
Por el contrario, se puso a la cabeza de un movimiento de organización institucional, plasmada en la Constitución de 1853/60, que habría de barrer con el aislamiento provinciano, eliminar las aduanas provinciales, crear un Estado nacional con división de poderes, ejército y moneda común.
Transformar los antiguos dominios patriarcales en Provincias.
Eliminar los caudillejos locales y convertirlos en gobernadores federales.
En definitiva, renunciar al papel de gran señor feudal para transvertir al orden burgués.
En otra palabras: hacer entrar a la Argentina en la modernidad.
Con un costo en sacrificios y vidas humanas, mucho menor al verificado en la vieja Europa.
Proceso que determinaba el necesario e inevitable devenir de la Historia.
Pero que no le fue fácil entender a quienes vivían estancados en el pasado.
Y resultaron trágicos protagonistas del hecho luctuoso y retrógrado que hoy rememoramos.
BERNARDO I. SALDUNA
Asociación �SJusto J. de Urquiza⬝
Concordia (E.R.)