La Iglesia se convierte en “olímpica” para acompañar a los atletas
Cientos de capellanes brindan apoyo espiritual y las parroquias ofrecen acogida a los visitantes, periplos culturales, vigilias de oración, actividades deportivas y misas en diversas lenguas. En el marco de los Juegos Olímpicos 2024, que hasta el 11 de agosto se llevan a cabo en París, la Iglesia Católica acompaña este acontecimiento global con el proyecto Juegos Santos, que tiene como objetivo movilizar a los católicos para ofrecer actividades y un verdadero apoyo espiritual durante los Juegos a los visitantes y atletas de todo el mundo que durante esos días visiten la capital de Francia.
Son muchas las propuestas que se ofrecerán en torno a dos ejes principales, según lo anunció la Conferencia Episcopal Francesa (CEF): "Celebrar con entusiasmo, a través del deporte, la eminente dignidad de la persona humana y la llamada a la fraternidad entre los pueblos", y "promover el acceso a estos Juegos Olímpicos para los más vulnerables, en particular para las personas en situaciones muy precarias, para no dejar a nadie atrás". Para responder a esto, entre estos proyectos está el de designar como "parroquias olímpicas", aquellas que se encuentran a menos de 25 minutos a pie de algún lugar destinado a las competencias. Para esto, se cartografió 75 parroquias en toda la Isla de Francia (Île de France) y 37 en París, explicó Isabelle de Chatellus, directora del proyecto "Juegos Santos".
"La idea fue ofrecer a esas parroquias la posibilidad de convertirse en un lugar abierto y animado, aunque estemos en pleno verano". Para ello, el equipo organizador se ofreció a llevar allí jóvenes para organizar y liderar todo tipo de acciones: acogida de los visitantes y periplos culturales por las iglesias, vigilias de oración, actividades deportivas en las plazas, encuentros con deportistas y misas en diversas lenguas, sin olvidar la parte solidaria, con la acogida también de personas desfavorecidas, a menudo recibidas o ayudadas durante el invierno por esas parroquias en otros lugares, y que podrían ser acompañadas, por ejemplo, para asistir a las competencias deportivas.
En tanto, la Villa Olímpica de Saint-Denis contará con un centro multirreligioso, donde unos 120 capellanes de cinco religiones ofrecerán apoyo espiritual a los deportistas de alto nivel que participen en la que, para la mayoría de ellos, será la competición más importante de su carrera.
Para las personas vulnerables y solas
El arzobispo de París, monseñor Laurent Bernard Marie Ulrich, dio detalles de los diferentes sistemas de acogida de personas en situación precaria y de aislamiento durante los Juegos Olímpicos. Con el apoyo de la Fundación Napoléon, cuya misión es favorecer la integración de los jóvenes con dificultades familiares, sociales, económicas o con discapacidad, puso diversos locales a disposición de asociaciones benéficas durante 6 jornadas (entre finales de julio y principios de agosto), para acoger entre 30 y 50 personas en situación precaria por día. Las asociaciones que respondieron fueron la SSVP (Conferencias de San Vicente de Paúl), Aux Captifs la Libération, la APA (Asociación para la Amistad) y el JRS (Servicio Jesuita a Refugiados). Por lo tanto, las personas en situación precaria serán atendidas por voluntarios de esas asociaciones y por jóvenes en general presentes en el lugar. La logística correrá a cargo de la Fundación Napoléon, con el suministro de material deportivo (mesas de ping-pong, futbolín o metegol, implementos para practicar salto, etc.). Al mismo tiempo, un camión de comida de la Orden de Malta estará presente durante la aplicación de ese sistema y permitirá así a las asociaciones preparar viandas en el lugar. El programa incluye la participación en comidas fraternas , animaciones con actividades deportivas y la proyección de las pruebas olímpicas en pantalla grande. Las capillas también pueden ofrecer misas y momentos de oración y acción de gracias. Para luchar contra el aislamiento y la soledad, probablemente más notables durante este período de los Juegos Olímpicos debido, por ejemplo, a las dificultades para viajar, una cadena solidaria, la Cadena de Buena Voluntad, se ofreció a establecer contactos telefónicos diarios, duraderos y discretos con personas aisladas. Para los Juegos Olímpicos de Verano de este año también se inauguró en París la "Iglesia Olímpica": "La Madeleine", la iglesia de Santa María Magdalena, ubicada en el corazón de París, que vivió varios momentos de la historia de la ciudad. Aunque era uno de los templos más visitados de la capital, los vecinos percibían el edificio clasicista como una "mancha en su honor", ya que durante muchos años, la fachada con columnas del edificio, situado cerca de la Plaza de la Concordia, estuvo cubierta y la entrada a menudo estaba llena de basura.
Sin embargo, con los Juegos Olímpicos de verano que comienzan este fin de semana, el Estado y la iglesia han unido fuerzas. Hasta el 8 de septiembre, la "Madeleine" será una "parroquia olímpica" y -entre otras cosas- un lugar de tranquilidad para los deportistas. Se llevarán a cabo servicios diarios durante los Juegos para una nación participante diferente cada día, y se planean programas musicales y otros actos.
Después de dos años de intenso trabajo, hace unas semanas concluyó la renovación de la fachada. Se invirtieron unos diez millones de euros, y se sustituyeron más de 150 metros cúbicos de piedra y cientos de metros cuadrados de superficie.
El viernes 19 de julio se celebró la inauguración de la "Iglesia Olímpica". La liturgia estuvo presidida por el arzobispo de París, junto al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, y a la alcaldesa Anne Hidalgo; también se sentaron en primera fila dos miembros del gobierno: la ministra de Cultura, Rachida Dati, y la ministra de Deportes, Amelie Oudea-Castera. Al inicio de la Eucaristía, el arzobispo leyó un mensaje del Papa Francisco; y el párroco, Patrick Chauvet, dio la bienvenida a los embajadores de numerosos países del mundo.
Hace 100 años, en 1924, cuando Francia acogió por primera vez los Juegos Olímpicos, la misa inaugural se celebró en la catedral de Notre-Dame. Esta vez no fue posible, debido al incendio de 2019.
En Montmartre, el Sagrado Corazón de los deportistas
La emblemática Basílica del Sagrado Corazón (Sacré-Coeur) de Montmartre también dedicará una capilla a los atletas y a todos los peregrinos que desean hacer del Corazón de Jesús el "músculo de su fe" y un mensaje de paz.
La "Capilla de los deportistas", instalada con motivo de los Juegos Olímpicos (JO) en la Capilla de los Jesuitas, fue aclimatada para "sumergirse en el universo olímpico". Allí, telas naranjas y amarillas tendidas bajo cuerdas cargadas de banderines evocan las naciones participantes en los Juegos Olímpicos, aludidos también mediante una pantalla de televisión, dos cestos de papeles pequeños y unas cuantas velas.
Para un acontecimiento único, se trata quizás en apariencia de un diseño modesto. Pero, en el contexto de esta campaña, es un paso rico en significados el que se ofrece a los peregrinos. El lema es "¡Encendamos corazones!", el cual se hace eco de la cita de Lucas 12,49 que se encuentra debajo del mosaico de la bóveda: Ignem veni mittere in terram et quid volo nisi ut accendetur! ("¡He venido a traer fuego a la tierra y cómo desearía que ya estuviera encendido!"). Es también un recordatorio de aquellos a los que está consagrada esa capilla, los miembros de la Compañía de Jesús, cuyos fundadores llegaron el 15 de agosto de 1534 a la colina de Montmartre para hacer sus primeros votos de ponerse al servicio de la gloria de Dios.
(AICA)
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