Cuando llega septiembre
Cuando llega septiembre la ciudad cambia su ritmo ¡Todo es distinto! Aromas, sabores, danzas, colores… El corazón late, la sangre se agolpa y el recuerdo de nuestros mayores invade la memoria
Las historias… las penurias…
lo vivido… la confianza
y después de tantos sufrimientos
a esta tierra llegaban…
la Tierra del trigo...del pan,
de la Esperanza
Aquí nacieron…
aquí se asentaron,
y el vientre de sus mujeres fue fecundo
como esta tierra brava
y después de nueve lunas
la sangre se volvió vida
otra garganta lloraba
y el suelo de la nueva patria
se estremecía… un nuevo hijo llegaba.
Así se fue poblando esta tierra.
Con voces, aromas y costumbres extrañas.
Aquí se quedaron…
la tierra que los cobijó se hizo grande
y ellos entregaron sus hijos
para defenderla y cuidarla
y cuando la Patria los llamó,
nunca se negaron.
Sus huesos, como ofrenda silenciosa,
para siempre quedaron…
en las llanuras chaqueñas,
en la región cordillerana,
en la pampa de los trigales
o, también, bajo el tibio sol
en las lomadas entrerrianas;
o nos cuidan para siempre
desde la turba de Malvinas;
o como silenciosos guardianes
en la tumba de aguas heladas.
Así … los hijos de los hijos,
de aquellos hijos que la hicieron grande
hoy quieren decir ¡GRACIAS!
GRACIAS…
Por tanta entrega.
Por tanto sacrificio.
Por brindarlo todo.
Por no guardarse nada.
Por dejarnos esta Tierra,
esta cultura...esta raza.
Y hoy más que nunca nuestro homenaje, en esta fecha,
en esta fiesta de descendientes e inmigrantes…
con sus soberanas… sus voces…
sus comidas… sus danzas…
SU HISTORIA.
Por eso hoy…
Una frase les pido
y que jamás deberán olvidar,
en cada fiesta, en cada lugar,
mil veces repetirla,
“A LAS TRADICIONES NO SÓLO HAY QUE CONTARLAS…
HAY QUE VIVIRLAS”
José Luis Sack
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