Ellias Barnès, un diseñador de moda de origen canadiense radicado en Francia presenta su colección de alta costura ante un público que lo ovaciona. Estrena su designación como director creativo y artístico de la Casa Orsino en Paris, sucediendo a un fino y consagrado estilista que acaba de morir. Bajo el encanto de su figura se pergeña su despegue creativo con gran difusión publicitaria.
Barnès, es sometido a una gran presión por su responsabilidad en la concreción de sus propuestas y la competencia feroz que supone ese ambiente. Ello, le implica un malestar físico y emocional que lo preocupa significativamente. Consulta una médica y recurre a ansiolíticos para superar sus ataques de pánico.
Este es el comienzo de “Secretos oscuros” (2023), película de Xavier Legrand. En medio de la grandilocuencia que supone entrar en las grandes ligas de la moda en la capital de Francia -el centro de las marcas y la moda influyente en todo el mundo- Ellias recibe una llamada de Quebec que lo pone al tanto de la muerte de su padre, de quien está alejado sentimental y físicamente desde hace muchos años.
A partir de allí, la trama se traslada a Quebec, a pesar de la voluntad inicial del protagonista de evitar ir a Canadá. Intentó infructuosamente recurrir a su madre, separada de su padre desde hacía muchos años y ahora en pareja con su ex cuñado, para hacerse cargo de la propiedad que su padre tenía en aquella ciudad. El guion involucra los sentimientos escondidos y adormecidos que alguna vez, el protagonista postergó por evidentes rencillas que nunca se exteriorizan, dado que hacía décadas que no se hablaba con su padre.
Ya ubicado en la localidad canadiense, Ellias (Sebastian cuando aún vivía con su padre allí) se tiene que hacer cargo de la casa de su padre y de la ceremonia fúnebre que implica la inhumación de éste. Mientras avanza en esas tratativas que encara con espíritu administrativo sin que se vea afectado interiormente por la situación, su preocupación es que sea hereditaria la afección que terminó con la vida de su padre y su interés inmediato pasa, en cambio, por definir la foto que debería ser la tapa de su colección de moda.
Acompañado en principio por un chofer que está a su disposición en todo el periplo, se encuentra con una agente inmobiliaria con la que intentará vender la casa y con un representante de una ONG que será la destinataria de los bienes que pertenecían a su padre y que está dispuesto a donar. El encargado de la empresa fúnebre y una asistente cautivada por el protagonista (amiga en su juventud, a la que él, sin embargo, no la registra) se muestran interesados en realizar un sepelio que trascienda. Una vecina muy cordial y un viejo amigo de su progenitor se le acercan para ayudarlo y acompañarlo en los trámites de la ceremonia del sepelio de su padre.
Un descubrimiento inesperado y sorpresivo en la casa de su padre, reorienta el film a un thriller psicológico de altísima tensión. Tal hecho altera absolutamente la realidad del protagonista, sumándole las implicancias físicas que tiene tal revelación. Un ataque de pánico lo deja en una situación altamente vulnerable y más allá de su hipocondría, siente menoscabar su salud.
La complejidad que a partir de allí se le presenta al protagonista lo llevan a vivir momentos de extrema intranquilidad y se somete a una presión imprevisible debiendo resolver en soledad y recóndito una situación que no hace más que agravarse a cada momento. A lo que se incorpora la duda respecto a que lo hereditario suponga algo más que lo genético y/o físico. De tal forma que el título original “Le successeur” le da mayor amplitud a la inquietud que mantiene el protagonista.
En la ceremonia de la inhumación del padre otro descubrimiento también sorpresivo e insospechado hace estallar a Ellias en un llanto conmovido y conmovedor. El amigo del padre expresa palabras muy sentidas, mientras la asistente y conductora del servicio recuerda textos de Nicholas Evans y Haruki Murakami y suena la versión francesa de “Vocé abusou” de Antonio Carlos.
Marc-André Grondin interpreta magistralmente a Ellias Barnès. Por otra parte, Yves Jacques, protagonista de “La decadencia del imperio americano” (1986) y “Las invasiones bárbaras” (2003) dos extraordinarias películas del canadiense Denys Arcand, hace el papel del amigo del padre, rol fundamental en la historia.
Xavier Legrand, joven director, nacido en Melúm, localidad a 40 kilómetros al sudeste de Paris, había actuado en teatro, cine y televisión, antes de convertirse en director de cine. Dirigió un cortometraje “Justo antes de perderlo todo” (2014), ganó varios premios, entre ellos el Gran Premio del Jurado del Festival de cortos de Clemont-Ferrand y fue nominado al Oscar. Su primer film, “Custodia compartida” (2017), sobre una relación conyugal tormentosa agravada por la disputa por la tenencia de un hijo, obtuvo el León de Plata al Mejor Director y el León del Futuro a la Mejor Ópera Prima del Festival de Venecia, el Premio Louis Delluc a la mejor ópera prima y cinco premios César (el premio a la cinematografía francesa), entre ellos Mejor Película.
“Secretos oscuros”, por otra parte, estuvo nominado en el Festival de San Sebastián 2023, y está basado en un libro de Alexandre Postel “La ascendencia”, en la que el protagonista es un vendedor de teléfonos móviles. Postel había ganado el prestigioso Premio Goncourt en 2013 por “Un hombre al margen”.
Ads Ads Ads
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión