A un año de Gestión de Milei: entre la Estabilización y la Recesión
El primer año de gestión del presidente Javier Milei está a punto de concluir, y durante este período, la economía argentina ha experimentado una profundización de la recesión heredada del gobierno anterior, en gran parte debido a las medidas que el nuevo mandatario debió implementar, particularmente en el ámbito fiscal.
Para lograr el equilibrio económico, el gobierno implementó un ajuste del gasto público sin precedentes en la historia del país, alcanzando una reducción del 30 % en términos reales durante los primeros nueve meses de este año. Aunque este enfoque fiscal ha sido drástico y ha generado tensiones, resultó necesario para estabilizar la economía, reducir la emisión monetaria y, como consecuencia, mitigar la inflación, que se estima cerrará 2024 en torno al 135 %. Aunque la inflación sigue siendo elevada, ya se observan signos de moderación.
Se prevé que para 2025 la tasa de inflación se reduzca a alrededor del 30 %, marcando una tendencia a la baja si las políticas fiscales y monetarias continúan en la misma dirección. Este ajuste, aunque doloroso en el corto plazo, podría sentar las bases para una mayor estabilidad macroeconómica a largo plazo.
Entre los logros más destacados del gobierno se encuentran el lanzamiento del blanqueo de capitales, que superó incluso las expectativas del propio Gobierno, con la declaración de más de 20.000 millones de dólares por parte de los contribuyentes. Además, la balanza comercial registró un superávit de US$ 15.955 millones durante los primeros 10 meses de 2024, lo que ha contribuido al fortalecimiento de las reservas internacionales, aunque estas aún se encuentran en niveles relativamente bajos.
No obstante, debido a la limitada representación parlamentaria, las reformas estructurales y el proceso de desregulación económica han avanzado a un ritmo más lento del anticipado.
Si bien las principales variables macroeconómicas comienzan a estabilizarse, la recesión sigue golpeando a amplios sectores de la sociedad, y se espera que para el 2024 el PIB termine cayendo un 4 %. La recuperación, aunque presente en algunos sectores productivos, ha sido principalmente impulsada por el repunte de los precios internacionales, sin generar un impacto profundo en el conjunto de la economía.
En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿qué debe hacer el presidente Milei en el segundo año de su gestión?
Aunque el gobierno ha tomado medidas orientadas a lograr la estabilidad macroeconómica, persiste la urgente necesidad de un modelo de crecimiento económico y desarrollo productivo que permita a Argentina superar los obstáculos estructurales que frenan su progreso.
Más allá de equilibrar las cuentas fiscales, es esencial poner en marcha un programa de crecimiento con inclusión, que no solo apunte a la recuperación de las grandes cifras macroeconómicas, sino que también promueva la creación de empleos de calidad, la inclusión de los sectores más vulnerables y el fortalecimiento de la industria nacional.
Este modelo debe basarse en varios pilares fundamentales: 1) Fomento de la inversión: Uno de los problemas estructurales más graves de la economía argentina es la falta de inversiones, tanto extranjeras como nacionales. La incertidumbre generada por el cepo cambiario y las restricciones a la libre circulación de capitales ha generado un clima de desconfianza que limita el potencial de crecimiento. Es crucial que el gobierno implemente políticas que favorezcan la inversión, desregulando sectores estratégicos y ofreciendo incentivos a empresas nacionales e internacionales.
2) Reformas estructurales profundas: Las reformas en el mercado laboral, en la educación y en el sistema tributario son imprescindibles. Argentina necesita adaptarse a los desafíos globales y construir una economía más dinámica, competitiva y diversificada. Esto implica una reforma laboral que fomente la creación de empleo y una reforma educativa que prepare a las futuras generaciones para los trabajos del futuro.
3) Inclusión de sectores vulnerables en el desarrollo económico: Un modelo de crecimiento inclusivo debe garantizar que los sectores más vulnerables no queden al margen de los beneficios de la recuperación. Esto implica políticas activas para promover la igualdad de oportunidades, la capacitación laboral y el acceso a servicios esenciales como la salud y la educación.
4) Desarrollo de infraestructura: La inversión en infraestructura es clave para un crecimiento sostenible. Mejorar las condiciones de transporte, energía y comunicación facilitaría la integración de las economías regionales al mercado nacional e internacional, lo que fortalecería la competitividad de Argentina en su conjunto.
5) Plan económico de largo plazo: Es fundamental que el gobierno diseñe y ejecute una estrategia económica integral, que no dependa exclusivamente de factores coyunturales, como los precios internacionales de las materias primas.
Un plan económico basado en la diversificación productiva y la innovación tecnológica puede ofrecer una salida sostenible a la crisis estructural que enfrenta Argentina.
En este segundo año de gestión, la clave para Milei será encontrar el equilibrio entre las medidas de austeridad necesarias para mantener la estabilidad fiscal y las políticas de crecimiento inclusivo que permitan que los beneficios del ajuste lleguen a todos los sectores de la sociedad.
Sin un modelo económico de desarrollo productivo que fomente la inversión, la innovación y la inclusión, la Argentina podría seguir atrapada en su ciclo de crisis recurrentes. Por ello, es urgente que el presidente impulse un programa de desarrollo económico que apunte a un crecimiento robusto, sostenido y, lo más importante, inclusivo.
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