Pacíficamente, cantando, gritando consignas o mostrándolas escritas en pancartas. Y lo mas emociónate, agitando banderas, nuestra Bandera Celeste y Blanca con fervor. Aferrándose a ese símbolo que nos hermanas, que nos da identidad de “argentinos”, de nación. Esa bandera tan querida que ataron nuestros grandes próceres en el carro triunfal, venciendo al enemigo que quería adueñarse de nuestras tierras, de nuestras riquezas, de nuestro destino, asegurando con sus vidas nuestra soberanía. Por eso será que nuestro pueblo tomó como consigna y la gritó en las calles y plazas del país, diciendo “LA PATRIA NO SE VENDE”, comenzando su lucha en defensa de la educación, de donde surgieron los hombres y mujeres que sembraron la simiente de nuestra patria Libre Justa y Soberana. Ellos con brazos fuertes y corazón apasionado , regaron, trabajaron hasta lograr construir una nación, respetada por todos los pueblos del mundo.
Mi pueblo en las calles y plazas, elevando su voz, me emociona, me enorgullece, nos debe enorgullecer, porque demostró que, a pesar de todo, no se rinde, permanece de pie y marcha cuando es necesario defender sus derechos. Porque descubrió que El es el único dueño y labrador de su destino.
Refiriéndose a esta gran movilización, escuche a un periodista que varias veces usó el término “masa” para referirse, no sé si en forma despectiva, o sin saber, que masa según un filosofo muy famoso dijo :
“ Los individuos que componen a la “masa” son el hombre medio, un hombre genérico, un hombre no especialmente cualificado”, también agrega que “ exige derechos , pero no quiere obligaciones”.
En este tiempo, lamentablemente, hay quienes siguen pensando así.
Pero vuelvo a lo importante, mi pueblo, tu pueblo , izo oír su voz a lo ancho y a lo largo de nuestro país. Todos unidos: nos saludábamos, nos sonreíamos, pegados unos a otros , sin molestarnos, ni molestar a nadie. No importó la raza, credo o religión del que caminaba a nuestro lado, nos sentíamos unidos y fuertes.
Todos estuvieron en nuestro corazón, en nuestro reclamo; estudiantes, jubilados, trabajadores con sueldos muy bajos y los que “sobreviven” durmiendo en las veredas.
Mi pueblo , tu pueblo argentino, se puso en marcha, pacíficamente, por una Patria fraterna, solidaria, y donde todo quien habite este bendito suelo argentino tenga el derecho a estudiar, trabajar, comer y vivir dignamente.
Dios y María la madre de Jesús guíen nuestros pensamientos y nuestro pasos, hacia un futuro mejor , más humano, más justo.
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