Es tan simple:  me  regalaste la Vida, si mamá , la vida, y cuando no  pudiste cuidarme otra mujer; mamá del corazón, llenó esa vida  con su ternura y amor. 
Caminaba días pasado  con uno de mis nietos, vimos un árbol que nos  prestó su sombra por un rato. El comenzó a mirarlo y de pronto descubrió algo por lo que me preguntó; ¿ y eso que es abuelo?, le dije es  algo así como una chaucha, adentro tiene semillas, las que crecerán y serán árboles grandes, parecidos a este. Entonces,  para completar la historia, le dije casi como no dándole importancia, ¿ Sabés?, nosotros también antes  de nacer, éramos  pequeñitos como una semillita, estábamos en la panza  de esa mujer  que llamamos mamá; desde ese momento ella nos alimenta, nos da de su vida, para nuestra vida. Durante  9 meses, vamos creciendo dentro de  su pancita, que se  hace grande y cuando está segura que podremos  respirar  por nuestra cuenta, nos da un  empujoncito para nacer.
Fue el milagro más grande, para nosotros ; por eso no voy  a escribir una poesía, sino decirte mamá, este a mi lado o donde  ya no te veo;
¡Gracias mamá, por darme la vida!
¡Gracias porque  el amor  que me diste cada día!
¡Gracias   por darme tu vida, en cada  caricia, en cada mirada tan llena de  ternura!
¡Gracias  por dejar de lado , tantas cosas que querías hacer  por  atenderme a  mí!
¡Gracias por tantas noches sin dormir, por cuidarme!
¡Gracias por perdonarme tantas veces!  mi ingratitud, mis errores  diciéndome, no lo vuelvas a hacer.
¡Gracias  por abrazarme, por acariciarme, mientras al  oído me decías; sabés que te quiero mucho!.
Que otra cosa  podemos decirte mamá, sino solo  gracias   por el amor  que me diste de tantos modos distintos.  Por tu paciencia, esa que algunos hijos ya no tienen con sus mamás  cuando son  viejitas. 
Los que tienen a su mamá, no piensen tanto en regalo, sino  en abrazarlas, mimarlas, prepararles esa comida que tanto le gusta. Atiéndanla, estén con ella, escúchenla,  olviden por  un día el celular, la tele,  y demuéstrenle que aún la aman,  que la necesitan. 
Es tan lindo  estar a su lado, como yo lo hacía cada día al visitarla, nos sentábamos uno al lado del otro y hablábamos mucho, y nos reíamos  de algunos recuerdos graciosos, eran momentos  inolvidables. ¡ cuanto quisiera  volver a vivirlo. Y lo más hermoso de todo, lo que más extraño era cuando al despedirme ,siendo yo un  hombre mayor, extendía  su mano y me acariciaba, mientras con su mirada  me decía cuanto me quería.
Por eso en este día  y tengamos la gracia de  compartirlo, con esta mujer tan maravillosa que nos regaló Dios,  para  que nunca nos sintamos solos y nuestra vida sea más linda.
Por todo eso y mucho más:

¡FELIZ DÍA MAMÁ, HOY Y SIEMPRE!

Temas

• dia de la madre

AUTOR

Pablo Sánchez

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