Día de jardines de infantes y de sus maestras
El 28 de mayo, vivimos un día especial; copos de ternura se derramaron sobre nuestra ciudad. Los más chiquitos, los nenes de Jardín de Infantes, festejaron su día y el de las Maestras Jardineras.
Algunos se disfrazaron, otros bailaron, otros recorrieron algunas calles llevando a los adultos lo más preciado que tienen; su ternura.
Son como copitos de ternura, que nos acarician con sus sonrisas, con el saludo alegre de sus manitos, a veces entregando un mensaje de felicidad, preparados con la “ayuda de su seño”.
Por un día la ternura se derramó sobre nosotros. Esto pasa cada día que vemos un nene o nena, que tomado de la mano de su mamá, van a su Jardín, porque saben que allí, los esperan sus maestras con un cariño parecido al de sus mamás. Ese gesto hermoso de cada maestra, admirables, porque son capaces de recibirlos en el aula y más aún en su corazón.
Por eso celebran juntos este día, al que me animo a llamarlo el día de la Ternura.
Qué hermoso sería que cada adulto, no importa su edad, si tiene 25 o 90 años, siguiera el consejo de Jesús, “sean como niños”. Porque ellos:
No odian, solo saben amar y dejarse amar.
Saludan a todos, juegan con todos, no discriminan a nadie.
Con una sonrisa, o un ¿jugamos? de un compañerito, ya lo reciben como un amigo.
Cuando niño cae mientras juegan, siempre habrá alguno que le dé su mano.
No juzgan, no condenan a nadie, reciben a todos como iguales.
Comparten lo que tienen, sin egoísmo.
Qué bueno sería que los adultos imitemos su modo de compartir la vida con los demás. Porque así podríamos construir una sociedad más solidaria, más generosa, más alegre, más humana.
Ruego a Dios que ayude a los hombres, mujeres y especialmente a los dirigentes políticos, sociales, empresariales, a buscar en su alma lo lindo, lo bueno, la pureza y la bondad que tenían cuando era niño, que seguramente seguirá viviendo en algún rinconcito de su corazón.
Quiero gobernantes y dirigentes con el corazón bueno, como el de los niños de jardín, que solo hacen el bien, regalándonos su ternura e inocencia.
Y a todos los pequeñitos de Jardín y a sus amorosas maestras de Jardín ¡FELIZ DÍA!
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