Día de la Escarapela Argentina
Se acerca otro 25 de Mayo, y un día no alcanza para celebrar tan grande “patriada”, que engendró nuestra Patria Argentina. Por eso desde hoy debemos preparar nuestro corazón para vivir ese día con fervor. Y una sencilla y hermosa manera de hacerla es “prender “en nuestro pecho, allí cerquita de nuestro corazón la escarapela Nacional. Y llevarla con orgullo, con la frente bien alta. Que todos la vean. Ella fue creada por el General Belgrano, como símbolo de su patria, a la que no solo expresó siempre su amor, sino que dio su vida por ella.
La escarapela nos recuerda que nuestra patria es una sola ARGENTINA, y que solo a Ella debemos amar y ser leales. También nos recuerda que somos un solo pueblo, compatriotas, hermanos. Y eso nos compromete a ser solidarios, a respetarnos, y a no discriminar a nadie. Y a no olvidar que sus colores son Celeste y Blanco. Para no confundirnos, si por ahí, sentimos la tentación de “usar” símbolos extraños. Recordando también que esto símbolo color de cielo, fue bendecido con sangre por nuestros patriotas en el campo de batalla.
El Escudo, nuestra Bandera y la Escarapela son símbolos que están pintados con los mismos colores. Y una misma emoción sentimos cuando se lucen victoriosos en nuestras plazas, escuelas o en cualquier rincón de nuestra tierra. Nos hacen sentir más argentinos, dueños de este suelo.
Con un pequeño retazo de tela se viste y se luce nuestra hermosa Patria Argentina. Así de sencilla e importante es nuestra escarapela. Haciendo memoria del corazón; ¿se acuerdan , especialmente los mayores, que cuando éramos niños, llegados estos días de celebración , de fiestas patrias, nuestros padres prendían en nuestros guardapolvos, la escarapela , que era un motivo de alegría.
Yo quise volver un poco a la niñez, y para terminar; les cuento una sencilla historia, una anécdota de aquellos tiempos; “las madres buscaban para ese día la escarapela más linda que podían comprar o hacer, para que sus hijos se “luzcan” en la escuela. Llegado el día todos salimos contentos, por dos motivos, porque era 25 de Mayo y no había clases, si fiesta, bailes, y los más importante nos daban un bollo.
En el momento que estábamos reunidos en el patio, llegó una alumna, con su guardapolvo bien blanco, que atrajo la mirada de todos, Y despertó curiosidad y algunas sonrisas, es que su escarapela era inmensa. Ella la lucía orgullosa, y entró como una triunfadora, con una sonrisa casi tan grande como su escarapela. Todos miraron su “pequeña “escarapela, y no faltó un niño que dijo; pero esa es la madre de todas nuestras escarapela; a algunos le causó gracia, pero Graciela, la alumna en cuestión, ignoró todo comentario, toda mirada y quedó allí orgullosa con una sonrisa, casi tan grande como su escarapela. Sería bueno que esta anécdota nos haga pensar, si usamos este símbolo que nos distingue del resto del mundo, con ese mismo orgullo y cariño, o si la tenemos guardada, polvorienta y descolorida en algún lugar de la casa.
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