La lluvia, el río y Victoria
Desde la Liga Concordiense de Fútbol despotrican contra el clima, que no los ha dejado jugar algunas fechas del torneo local, se solidarizan con la gente que la pasa mal, se alivia con las noticias que dicen que el río empieza a bajar trayendo el mismo alivio a muchas familias, aunque todavía no sea tiempo de volver a sus hogares. Y, por supuesto, se alegra y mucho por el presente del Club Atlético Victoria que está jugando la gran Final de la Copa Entre Ríos y ya dio el primer paso ganándole a Malvinas de La Paz este domingo pasado en Concordia.
Fue una fiesta el Estadio Ciudad de Concordia, donde hubo entrega de reconocimientos por parte de las autoridades, encabezadas por el anfitrión Julio Larrocca, Presidente de la Liga Concordiense de Fútbol, más las que llegaron desde otras localidades y, por supuesto, el propio Presidente de la Federación Entrerriana, Nelson Casis.
El partido se transmitió por streaming, con los relatos de Alejandro Cascardo y el comentario de Belén Fedullo (habituales del streaming de la Liga), donde muchos se engancharon desde todos los puntos de la provincia. Pero hay que destacar que el marco en el estadio fue realmente el digno de una Gran Final.
Volviendo al plano local, obviamente que los jugadores vuelven a estar más que ansiosos por salir a la cancha, dado que entrenan y entrenan pero en estos fines de semana se han tenido que guardar. Obvio que ello quita ritmo y quienes venían encumbrados son seguramente quienes más lamentan este “paro”, porque seguramente ya tendrán la misma “pereza” que los otros cuando se reanude todo.
Podrá faltar fútbol pero no ímpetu, porque en Concordia se juega con muchas ganas y de ello nadie puede salir a decir lo contrario. Salvando las distancias, uno mira fútbol europeo y se ve cómo dejan jugar dejando toquetear la pelota casi hasta tres cuartos de cancha. Esos jugadores aquí no podrían jugar justamente por eso, porque sentirían el rigor en todos los puntos de la cancha, porque aquí se aprieta la salida, la mitad de cancha y ni hablar en tres cuartos de cancha. No podrían tocar la pelota tal como se los ve en la tele, casi con displicencia.
Y aquí, en cambio, todos están acostumbrados y saben que tienen que tratar de tocar lo más posible entre compañeros, justamente para romper ese ímpetu de sus rivales por recuperar la pelota, y a su vez crear el espacio que los pueda hacer llegar con claridad al área defendida por sus contrincantes.
Claro que en algunos partidos se genera un barullo bastante interesante, porque nadie puede desenredar ese “nudo” que se puede formar en mitad de cancha donde nadie deja jugar a nadie.
A veces aparece un “pie mágico” que a pura gambeta abre caminos, pero en forma individual se hace difícil jugar en Concordia donde no abundan las canchas grandes donde el jugador pueda echar a correr, por caso, ante un buen pelotazo. Sí, claro que ha habido jugadas así, pero muy pocas y en terrenos puntuales.
Si bien va poco del torneo local, muy poco realmente, no se ha visto todavía un partido con fútbol atildado, que uno pueda destacarlo como un gran partido.
Los entrenadores también juegan precisamente y mandan a jugar a sus dirigidos de la manera que detallamos, es decir apretando, asfixiando al rival y más si tiene algún jugador que desequilibre, ese que la tribuna determina como “el bueno”, el que puede desequilibrar y hasta ganar un partido con una gambeta o un remate al arco.
Ojo, no estamos invitando a la gente a no ir a la cancha, porque no necesita invitación ya que lo estadios siempre tienen buen marco de público. Porque cada uno va a ver a su equipo y realmente se entretiene, pase lo que pase.
Claro que según el resultado es su cara tras los noventa (y pico) de minutos, pero la pasa bien, siempre pasa un buen momento aunque el partido no entregue demasiadas cosas.
Están del otro lado los que lo siguen por streaming, ya que la Liga tiene a muchos conectados durante cada partido, pasando el número de los 2000 y hasta 3000 en ocasiones, según el choque que se televise.
La imagen es clara, sin duda, y si se tiene buena conexión se disfruta como si fuera el recordado “Fútbol de Primera” cuando hacían “el partido de la fecha”, que otrora iba los viernes por la noche. Ahora todos los partidos son televisados y hay que pagar una suma interesante por mes para verlos. Y la Liga tiene en los escenarios una entrada accesible, generalmente para ver dos partidos y pasar una tarde en familia, porque precisamente madres, padres, hijos, nietos, se ven en cada escenario, cada uno en la suya. Los padres arengando a su equipo y los chicos divirtiéndose correteando, y si hay una pelota en el medio mejor.
Seguramente el fútbol local pueda volver este fin de semana, tras el alivio que da el río aunque habrá que esperar que deciden las autoridades. Mientras tanto, Victoria se prepara para un grandísimo partido, el que le puede deparar un título provincial.
Y sabiendo su rica historia futbolística no sería nada descabellada otra vuelta olímpica, porque desde 1897 es uno de los clubes no solo más antiguos del país, sino uno de los más respetados en la región y la provincia.
Solo un paso lo separa de otra estrella, de otra gran alegría.
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