Feliz 100 años “Escuela Juan Lavalle”
Hace 100 años , en un lugar bendecido por la naturaleza. Un grupo de personas, sembraban en ese terreno fértil, la semilla fecunda del conocimiento, lo que dio como fruto una escuela. La bautizaron con el nombre de un patriota “Juan Lavalle”, con el n° 19, para identificarla mejor.
Era motivo de alegría, que se hizo euforia cuando comenzaron a llegar ellos, los niños, que la llenarían de risas, gritos, y algún llanto de los más pequeños, que no querían alejarse de sus padres.
En un nacimiento nunca faltan lágrimas, sea por descubrir algo nuevo o de alegría, porque significa un despertar a la vida.
Promesa de crecimiento, de progreso, de sabiduría.
Este es el sueño, ya hecho realidad, que hoy cumple felices 100 años. Para celebrarlo, a la familia de la escuela Lavalle, no le alcanza un día, por ello lo vivirán en dos jornadas:
Primero hoy 30 de agosto , donde al llamado de la campana, irán llegando los alumnos y ex alumnos, entre ellos mi señora Mari Hernández y por supuestos ellas, las que son maestras , no solo del saber que inculcaron a sus alumnos, sino también, del amor paciente, lo que la transformaran, según la necesidad, en madres, enfermeras, psicólogas, y hasta árbitro cuando dos o más alumnos se pelean. Son todas para todos, porque lo que las mueve es la vocación docente. Que la cumplen cada día con más pasión.
Hoy se reunirán los ex alumnos, en un encuentro emotivo, en el que la pregunta más común va a ser ¿ vos sos fulanita o fulanito? Y también se pronunciará la primera piadosa o cariñosa mentira “ pero que bien estás, estás igualita y vos también , no cambiaste nada,( aunque ya pasaron 50 años).
Después de risas , vendrán los abrazos , que vencerán al tiempo, porque , sentirán la misma emoción de cuando ingresaron por primera vez de la mano de sus madres , a esta escuela tan querida.
El mate y las tortas fritas compartidas, serán el signo de comunión y de compañerismo, que se renueva. Anécdotas graciosas y algunas no tantos, alimentarán el reencuentro. Revivirán también el recuerdo de aquellas maestras que nos enseñaron a avanzar en el camino del saber, enseñándonos pacientemente cada una de las letras, y más difícil aún, enseñarnos a unirlas una con otra hasta formar palabras y lograr el primer gran triunfo de nuestra vida : aprender a leer. Era como abrir las ventanas a un mundo nuevo, fantástico. Lo que hoy hace latir nuestro corazón con más fuerza , mientras en silencio repetimos “Gracias Maestras de alma, a las que hoy están con nosotros, y a aquellas que están celebrando desde el cielo; gracias a las directoras que nos guiaron rectamente.
Por último gracias querida Escuela Lavalle, por tanto bien recibido y porque vos fuiste como nuestra madre, porque nos recibiste con los brazos abiertos, nos diste como hogar un aula, bancos y pupitres, donde afirmar nuestro cuadernos y lápices, para alimentarnos con afecto y conocimientos ( a veces con un llamado de atención), pero siempre protegiéndonos de la lluvia o el frio, Por eso hoy al cumplir vos 100 años, decimos con orgullo y cariño , “ esta linda casa es nuestra escuela amada”.
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