Dijo el General San Martín: “Belgrano era el mejor hombre que teníamos en América”. Un cumplimiento exacto de sus deberes, una vida laboriosa y ocupado siempre en el mejor servicio de la Nación. Tenía una práctica lo más piadoso de la virtud de humildad, siempre atribuyó sus triunfos y progresos, que no eran de él, sino de la protección del Señor Dios, de los Ejércitos, por intervención de Nuestra Señora de las Mercedes. “Difícilmente se encontrará otro americano que amase más a su país”. Sus caracteres constituyen los cimientos y el armazón de su fértil personalidad, y la calidez de sus sentimientos.
El sentimiento por las mujeres y niños lo demostró. Nuestro héroe fue Secretario del Consulado, Oficial de Patricios, investigador, Integrante de la 1ª Junta de Gobierno, periodista, fundador de escuelas, fundador de villas, que después fueron ciudades, Curuzú Cuatiá y Mandisoví, Diplomático creador de nuestra bandera, economista, Comandante en Jefe de ejércitos en operaciones. Con tantas virtudes debió pasar por grandes sacrificios, cuando fue enviado rumbo al Norte. El gobierno de Bs As no le ayudaron en nada, según lo podemos comprobar con documentos de distintos archivos, que nos llena de indignación al enterarnos por sus cartas desesperadas, que pedía ayuda por todos lados, para su querida gente de su ejército.
Carta al general Güemes del 3 de enero 1817. “Me han llegado sables, pero sin vainas ni puños. No tengo suela ni cueros, apenas para remendar las botas de mi gente. Le pido un poco de tela, comida, caballos”, a lo que Güemes le contestó: “Nosotros estamos igual, pero le mandaré una carreta, de un poco de lo que tengo”.
Carta al Gobernador de Córdoba desde “La posta de Mochador” en 1819. “Por favor necesito ponchos y jabón, no tenemos para poder lavar nuestras ropas, y para nuestro haceo y salud”.
Carta al Director Pueyrredón del 22 de abril de 1819: “Son miserias en nuestro Ejército: no dinero, no vestuario, no tabaco, no yerba, no sal. Nada que pueda aliviar a estos hermanos de armas en sus trabajos, ni poder compensar sus sacrificios. Solo tenemos leña, y agua mala. Les he visto sacarse sus ponchos, para con ellos resguardar sus armas, con todo amor.
Esto podría cambiar si nos remitiera paños de telas ordinarias, botones ,hilo, agujas, dedales, para hacerles camisas y chiripá, que los confeccionarán la gente de acá.
Carta al General Urquiza: “Le pido mi general me envié yerba, harina para hacer tortas fritas, tenemos grasa de nuestros caballos, y le pido tabaco y jabones. Le comento que, aunque está prohibido, pero para entretenerlos controladamente, los dejo jugar al truco y a riñas de gallos”. Datos todos estos de diferentes archivos.
Un resumen de su vida creo necesaria para sacar conclusiones sobre su personalidad trasuntada en los colores de la bandera Nacional, para llegar a esa conclusión que generó una tesis entre los historiadores y estudiar los distintos puntos de vista sobre la creación de la bandera.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Nació el 3 de junio de 1770, fue el cuarto hijo de una familia acomodada. Padre era italiano, y madre criolla de Bs. As. A los 16 años lo enviaron a España para seguir la carrera de abogado que se recibió en 1793 en la Universidad de Salamanca, y en la de Valladolid. Volvió y fue nombrado Secretario del Consulado de Comercio. Ferviente defensor de la Educación, destacándose, como uno de los líderes revolucionarios. En 1812 fue encargado de Comandar el Ejército del Norte. Libró varias batallas decisivas en Tucumán y en Salta. En Rosario el 27 de febrero de 1812 enarboló la bandera celeste y blanca simbolizando la esperanza, y la lucha por la libertad consagrada el 20 de julio de 1816, poco después de la Declaración de la Independencia.
Otro dato no muy conocido es que sus 4000 hombre tenían sus escapularios, y en Salta los vencedores y vencidos son enterrados todos juntos bajo una sola cruz. Ellos rezaban el santo rosario y realizaban las misas de campaña, pidiendo Dios protección considerándolo el General de la libertad.
Luego fue a Europa en una misión diplomática, volvió enfermo y empobrecido y no fue reconocido. Murió el 20 de junio de 1820 con solo 50 años de edad. Diciendo “Ay Patria mía”. No quiso entrar a su sepulcro con la ropa militar, sino con el hábito de Santo Domingo y pidió ser enterrado en dicho templo.
  La personalidad del General Belgrano trasuntada en los colores de la Bandera Nacional.
Datos siguientes son del Teniente Coronel Domingo Juan Noya.
Nuestros historiadores se han preguntado por qué eligió el celeste y blanco para su bandera. Todos los escritores desde López, Mitre, Rojas, Yaben, Leguizamón, quieren trasmitir y entender el resultado de lo personal. Tesis sobre los colores son muy variados.
Adopción de colores por la popularidad de los patricios, Belgrano dijo la mandé hacer conforme de las escarapelas de mayo. Otros dicen por los colores del manto de la Virgen. Puede ser porque cuando juró por su título de abogado, lo hizo delante de la Virgen. Patrona de los abogados y luego la proclamó Generala del ejército. La virgen de la Merced, y le obsequia los trofeos obtenidos en sus victorias, y su propio bastón de mando.
También se recuerda cuando Sarmiento presidente inauguró la estatua de Belgrano en la plaza de mayo, delante de la Casa Rosada dijo: “Ya la dinastía de los Incas había adoptado ese color como símbolo de la potestad en sus príncipes”.
Si reconocemos a Belgrano como creador de nuestra bandera diremos él le dio vida, y lo identifica, con su personalidad.
Mi reflexión personal, sus padres le pusieron un nombre muy largo, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Nació y murió en junio, en el mes del Corazón de Jesús, y fue realmente un prócer puro de corazón, y ejemplo para todos los argentinos que se cobijan bajo su celeste y blanca bandera de la patria.

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• Manuel Belgrano

AUTOR

Teresita Miñones de García

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