Por el Día Mundial de los Abuelos
En homenaje a Santa Ana y San Joaquín, abuelos de Jesús, se celebra este día tan especial. De ellos quiero hablar. No tuve la suerte de conocer a mis abuelos, ni materno, ni paterno. Pero mis padres me hablaron de ellos, dejando una imagen de personas sacrificadas, trabajadoras. Ancianos, con esas arruguitas que les iba marcando el tiempo vivido.
Cuando observo sus fotos o veo la de otros abuelos, lo primero que observo es una imagen que transmite serenidad y paz. Cuando están solos, uno pegadito al otro; con sus hijos abrazados, pero con una gran sonrisa cuando es uno de sus nietos el que comparte ese momento. Un momento que queda no solo en la foto, sino en la memoria de nuestro corazón. Una foto y las cosa lindas que me contaron mis padres de ellos, hace que yo ame a mis abuelo, que ya están en el cielo, como todos los nietos que tuvieron la felicidad de disfrutarlos, de tenerlos con ellos o que todavía sienten el calor de sus caricia, de sus mimos, aunque los “nietitos” sean ya adultos. Por eso creo, como ustedes, ¡cuánta falta hacen los abuelos! En este mundo convulsionado, que a veces “descarta a los ancianos, a los abuelos” porque ya están viejos, o porque “dan mucho trabajo”. Cuanta falta hacen sus caricias, sus abrazos tiernos, esos que nos hacen sentir nuevamente niños y protegidos.
Cuanta falta hace que nos miren, con esos ojos entre pícaros y tiernos, que nos llegan al alma.
Cuanta falta nos hacen sus palabras , sus consejos, su sabiduría; esa adquirida por el tiempo vivido.
Cuanta falta hacen esa presencia, que unía a la familia, en el calor del hogar y que cuando ya no están, esas reuniones tan lindas se terminan. Cuanta falta hace sentir su cariño y la paz que nos transmiten y ver la sonrisa de los niños cuando los ven llegar gritan simplemente ¡abuelos! Dándoles la bienvenida.
Hoy que tengo la felicidad de ser abuelo, y siento que se me derrite el corazón de tanto amor, cuando llegan corriendo y pronuncian, esa simple palabra Abuelos, antes de abrazarnos a su abuela y a mí. Qué más puedo decir, desde el alma, allí donde están guardados los mejores recuerdos, los mejores momentos.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión