Suciedad en lugares públicos
Concordia hace tiempo que viene trabajando en pos de ser una ciudad turística. De hecho lo va consiguiendo, porque es numerosa la gente que viene a pasar fines de semana largos, como así también los comunes, aunque sea de paso rumbo a otro destino. Pero se detienen a apreciar las tantas bellezas que tiene nuestra ciudad, y sobre todo muchos destacan la tranquilidad, lejos de la vorágine de grandes urbes.
LAS MASCOTAS NO TIENEN LA CULPA
Las obras y el trabajo constante, de otras gestiones como así también ahora por parte de esta nueva que inició en diciembre, muestran una ciudad en permanente crecimiento.
Pero hay puntos, aunque mínimos, merecen ser atendidos para que la ciudad se muestre de la mejor manera, y tiene que ver con el rubro limpieza, y la concientización que hay que seguir haciendo sobre la misma, para que nuestros propios ciudadanos aprendan a cuidar la ciudad, a mantenerla linda y así inflar el pecho, como lo inflan los habitantes de otras localidades que al respecto tienen otra mentalidad.
Sigo viendo en plazas y lugares públicos a gente que lleva sus mascotas en forma correcta, con correas, en algunos casos con bozal (de ser necesario) y se muestran obviamente compinches en esa linda salida. Pero, esos propietarios de esas mascotas (o responsables de las mismas en ese momento) las sueltan para que esos animalitos hagan sus necesidades en esos lugares públicos, y lo que es peor no juntan los excrementos que dejan, yéndose del lugar lo más campantes en la mayoría de los casos. Esto tiene un doble problema, primero la limpieza que hay que mantener, propiamente dicha, pero también la propagación de enfermedades, porque esos mismos espacios públicos son utilizados por chicos para jugar, para retozar un poco. En muchos casos también hay bebés o niños muy pequeños que luego de explorar el suelo suelen llevarse las manos a la boca, y no dudo que por ahí se le pueda quedar pegado un pedazo de excremento animal o el líquido de orina del mismo. Y eso puede aparejar problemas realmente importantes. Además, donde un perro hace su necesidad, va otro y en el mismo lugar hace lo mismo. Es instinto animal.
Por lo que se puede ver, el problema tiene distintas aristas. Y nos detenemos en espacios públicos como las plazas, la costanera, aunque también ocurre en las veredas de la ciudad. En los espacios públicos, insistimos, acarrea el drama del contagio por los niños que juegan inocentemente.
Lo criticable, claro, es la actitud de quienes manejan a los animales, que no cumplen con el protocolo de llevar una bolsita y levantar la caca del animal y depositarla en la basura, y no esperar que el placero o quien sea haga su trabajo por ellos. Claro que no son todos, porque debe haber muchas personas que cumplen con ese requisito de llevar su bolsita y merecen el elogio por ello. Pero el resto no intenta siquiera mantener limpia la ciudad y quizá en algún momento se puede quejar por el mal estado de tal o cual escenario, pero no se miran para adentro meditando sus propios actos. Las autoridades, claro, tienen mil cosas por solucionar por día y más que concientizar no puede, porque tampoco es cuestión de poner un guardia detrás de cada ciudadano. Además, no alcanzarían. Entonces, es hora que la gente aporte para tener una ciudad mejor, que primero y principalmente es mejor para nosotros mismos, para nuestro andar cotidiano. Luego será para el turista, que podría ver cómo somos ordenados y limpios, cualidades altamente resaltables en todas las ciudades donde la gente va a pasarla bien. Ojalá este artículo, totalmente con intención constructiva, sirva para que cada uno tome las riendas del caso, que proceda de la manera correcta y que amen tanto a nuestra ciudad como no tengo dudas de que aman a sus mascotas. Sería un buen punto para sumar hacia la ciudad netamente turística que queremos ser, y soy altamente optimista que ese día llegará.
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