El siniestro comenzó sobre la Avenida Perón y, gracias a los fuertes vientos, se propagó rápidamente, consumiendo alrededor de 80 hectáreas. El incendio se aproximó peligrosamente a varias viviendas y dos aserraderos ubicados en la intersección de la Calle Capitán Rojas y una calle vecinal.

El arduo trabajo de los bomberos voluntarios, los zapadores de la policía de Entre Ríos y colaboradores particulares vinculados a emprendimientos rurales, fue crucial para contener el avance de las llamas. A pesar de sus esfuerzos, la situación sigue siendo delicada.

Cinco dotaciones de bomberos y personal policial se encontraban en el lugar, luchando contra el fuego en un esfuerzo constante por proteger las propiedades y evitar mayores daños. Aunque los efectivos explicaron que el incendio parece estar controlado por el momento, advirtieron que el cambio en la dirección e intensidad de los vientos podría alterar rápidamente la situación.