Despido en Radio Ciudadana abre debate sobre censura y modelo de medios públicos
El despido del periodista Federico Odorisio de Radio Ciudadana generó polémica en Concordia, donde sectores del Bloque de Concejales Justicialistas denunciaron que esta decisión refleja una persecución ideológica y una forma de censura hacia voces críticas.
Odorisio, conocido por sus investigaciones incisivas y opiniones controvertidas, fue desvinculado abruptamente, lo que, según los concejales, contradice los compromisos asumidos por el intendente Francisco Azcué de garantizar pluralidad y respeto en los medios públicos.
“Esto es una muestra clara de la intención de silenciar voces críticas. Atenta contra la libertad de expresión y el pluralismo que debe primar en los espacios financiados por todos los ciudadanos”, señalaron desde el Bloque, quienes además recordaron que apoyaron la reestructuración de Radio Ciudadana bajo la premisa de que no habría despidos ni afectaciones a derechos laborales.
Lo que resulta más paradójico, remarcaron, es que el propio Azcué había denunciado prácticas similares durante la gestión anterior, cuando una trabajadora fue cesanteada en un caso que él calificó como persecución ideológica. “Es preocupante que quien antes reclamaba justicia hoy incurra en prácticas que buscan callar disidencias”, cuestionaron.
Sin embargo, el debate no quedó ahí. Radio Ciudadana ha sido objeto de críticas más amplias, no solo por su manejo interno, sino también por su modelo de financiamiento. Algunos sectores señalaron que esta emisora, al contar con recursos públicos para salarios, equipamiento y mantenimiento, compite deslealmente con medios privados que dependen exclusivamente de la publicidad para subsistir. “Es injusto que una radio financiada por todos los contribuyentes utilicen publicidad para generar ingresos, ya que eso le da una ventaja comparativa frente a los medios que deben cubrir todos sus costos con recursos propios”, remarcaron voces críticas.
Desde esta perspectiva, varios actores locales plantearon que las radios municipales no deberían operar como competidoras comerciales, sino como espacios dedicados exclusivamente a la cultura y la comunidad. “Una radio pública debería priorizar contenidos culturales, educativos y comunitarios, donde las voces de artistas, docentes y referentes locales sean protagonistas. Además, estas actividades podrían realizarse sin cargos ni salarios, dejando en claro que su objetivo no es competir sino enriquecer la vida cultural de la ciudad”, concluyeron.
Mientras tanto, la situación de Odorisio pone sobre la mesa la necesidad de debatir no solo sobre la censura, sino también sobre el rol y el alcance de los medios públicos en una democracia.
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