El kirchnerismo duro adopta un segundo plano para el balotaje
Con el objetivo de alcanzar la victoria electoral, Massa asegura que Cristina Kirchner no intervendrá en su gestión. El silencio de los sectores afines a la vicepresidencia contrasta con la 'nueva etapa' que se menciona en el massismo. El bajo perfil de Máximo Kirchner se hace evidente en esta coyuntura política.
Sergio Massa enfatizó que Cristina Kirchner no interferirá en un eventual gobierno suyo, resaltando la idea de una "nueva etapa" en la que la vicepresidenta queda en segundo plano. El kirchnerismo no ha reaccionado de manera negativa a esta declaración, manteniendo la calma en la superficie y evitando conflictos a medida que se acercan las elecciones.
Un informante cercano a La Cámpora mencionó que la estrategia de la campaña oficialista es clara, por lo que la vicepresidenta tampoco ha tenido una presencia destacada. En el massismo, por otro lado, se promueve la idea de que un gobierno encabezado por Massa representaría una nueva era y se buscaría un "gobierno de unidad nacional con las mejores ideas".
Massa también ha buscado mantener un equilibrio entre el ala kirchnerista y los votantes moderados, sin respaldar ni condenar el juicio político a la Corte Suprema. Esto se enmarca en su esfuerzo por obtener apoyo más allá de su base habitual.
Además, se destaca el bajo perfil de la expresidenta Cristina Kirchner y su hijo, Máximo Kirchner, en la campaña.
La senadora Juliana Di Tullio también ha afirmado que Cristina no será parte del gobierno de Massa.
La estrategia de campaña sigue siendo el factor principal en esta coyuntura.