En busca del culpable perdido. La pobreza se discute con acusaciones cruzadas
En Concordia, una vez más, se estrenó un capítulo del clásico político local: “La culpa es del peronismo”, protagonizado esta vez por el concejal Felipe Sastre (PRO), quien en su reciente aparición televisiva culpó al justicialismo por los altos índices de pobreza. Todo muy original.
Como si el libreto se hubiera escrito ayer y no viniera repitiéndose desde la dictadura hasta acá.
La concejal Carolina Amiano (PJ) no dejó pasar el estreno y respondió con filosa ironía: “Parece que cuando no hay respuestas concretas desde la gestión, lo más fácil es acudir al comodín: echarle la culpa al peronismo.
‘‘Lo dice el manual de campaña de la derecha: no importa el contexto, ni el pasado reciente... si algo sale mal, seguro es culpa de Perón o de alguna AUH”.

Felipe Sastre (PRO)
Amiano, que no se guardó nada, acusó a Sastre de leer en voz alta el viejo guion neoliberal que responsabiliza a los gobiernos populares por todos los males del universo conocido, mientras se olvida –qué casualidad– de las políticas de ajuste, endeudamiento feroz y desindustrialización aplicadas por sus propios referentes: desde Martínez de Hoz hasta Javier Milei, pasando por el “magistral” préstamo con el FMI de Mauricio Macri.
“Las netbooks, las casas, las cloacas, los hospitales, las escuelas... todo eso lo hizo el peronismo. Pero si hoy hay pobreza, claro, la culpa es nuestra.
‘‘Y si mañana llueve, también. Es más fácil repartir culpas que asumir la propia incapacidad de gobernar”, remató la edil, quien además recordó que Concordia no solo tiene historia de pobreza, sino también de resistencia y obras concretas, muchas de las cuales se realizaron durante gobiernos justicialistas.
Como si fuera poco, la concejala ironizó sobre los logros del gobierno actual en Concordia: “Después de año y medio, sólo se pueden jactar de 120 casas prefabricadas y de haber descubierto que los números duelen más cuando uno está en el sillón de mando que en la banca opositora”.
Mientras tanto, la pobreza sigue en cifras preocupantes y los vecinos, lejos de las discusiones de escritorio, esperan menos chicanas y más gestión. Pero bueno, pedirle a algunos que dejen la politiquería barata... es como pedirles que escriban un libreto nuevo.
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