Frigerio debe reconsiderar su apoyo a uno de los peores Gobiernos de la historia
Por José Cáceres
Es evidente que Javier Milei atraviesa su peor momento desde que asumió la presidencia. La frustración lo lleva a atacar a todo el mundo, lo vimos recientemente en sus comentarios sobre Cristina Fernández y Ginés González García. Detrás de esos ataques se esconde un presidente que se está peleando con la realidad, y eso no augura nada bueno para el país.
Cuando un gobierno entra en un desgaste tan rápido como el de Milei, inevitablemente abre la puerta a figuras como Mauricio Macri, que vuelven al ruedo para hacer sus negocios de siempre. Mientras tanto, la gente sufre. No alcanza con que digan que la inflación bajó si los salarios y las jubilaciones siguen perdiendo poder adquisitivo, y los jubilados tienen que elegir entre pagar la luz o comprar remedios. En ese escenario, las teorías económicas y las fotos con Mick Jagger son poco más que un chiste de mal gusto.
A esto se suma un temor constante: el desempleo. Todos sabemos que en una situación de recesión como la que atravesamos, perder el empleo es prácticamente una sentencia de muerte económica para cualquier familia. Y en lugar de dar soluciones, Milei sigue profundizando los problemas. La disolución de la AFIP, por ejemplo, es otra medida absurda que solo beneficia a quienes evaden sus responsabilidades fiscales. Estamos hablando de uno de los organismos más modernos del Estado, clave para el control de delitos económicos, y Milei lo está desmantelando.
Lo más preocupante es que esta decisión no solo afecta la administración pública, sino que también traerá más despidos. La nueva agencia que reemplazará a la AFIP contará con un 34 % menos de personal. Es decir, más familias quedarán en la calle, justo cuando más necesitan estabilidad.
Pero la cuestión va más allá de lo económico. El discurso de odio y la agresión verbal que estamos viendo es alarmante. La manera en que Milei se refirió a Ginés González García, recientemente fallecido, es una muestra de una profunda falta de respeto. Y no se queda ahí: desear la muerte de Cristina Fernández no es solo una provocación política, es un ataque a la condición humana. Estos discursos generan un ambiente peligroso, que puede motivar acciones violentas por parte de quienes se sienten autorizados a llevar ese odio al terreno físico.
En este contexto, resulta cada vez más incomprensible el apoyo que Frigerio sigue brindando al gobierno de Milei. Las perspectivas para Entre Ríos y el resto del país son oscuras si seguimos por este camino. Es preocupante que, en lugar de distanciarse, el oficialismo provincial esté considerando una alianza con La Libertad Avanza para el próximo año, sumando legisladores a un proyecto que está hundiendo al país.
Frigerio y quienes lo acompañan deben replantearse si realmente quieren ser cómplices de uno de los gobiernos que, sin duda, será recordado entre los peores de la historia. La línea que conecta el odio antiperonista de la Libertadora con las gestiones nefastas de Celestino Rodríguez y Martínez de Hoz ahora parece tener un nuevo capítulo, y no debería haber lugar para más complicidad.
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