El expresidente Mauricio Macri se refirió a los incidentes y trazó un paralelismo con lo ocurrido en 2017, cuando su gobierno enfrentó una protesta de características similares. Según su análisis, aquellos disturbios buscaron generar caos con el objetivo de desestabilizar su gestión y forzar una salida anticipada.
En su declaración, Macri sostuvo que “grupos organizados” impulsaron la violencia y utilizó términos como “intento de golpe” para describir lo ocurrido en ambas situaciones. Además, señaló que en la manifestación del miércoles se utilizó a las “hinchadas argentinas” para incitar disturbios y enfrentamientos con la policía. Desde el PRO, expresó un firme rechazo a los hechos de violencia y reafirmó el compromiso del espacio con la legalidad y las instituciones democráticas.

Villarruel se diferenció del gobierno tras la represión en la marcha
Por su parte, la vicepresidenta Victoria Villarruel adoptó una postura más moderada. Si bien condenó los hechos de violencia, defendió el derecho a la protesta como un ejercicio legítimo dentro de la democracia. Subrayó la importancia de que la justicia intervenga para esclarecer lo sucedido y determinar responsabilidades. La protesta dejó un saldo de 124 detenidos, aunque la mayoría fueron liberados por orden de la jueza Karina Andrade, una decisión que generó cuestionamientos por parte del gobierno. Además, se registraron al menos 46 heridos, incluyendo 26 efectivos policiales y el reportero gráfico Pablo Grillo, quien sufrió una lesión en la cabeza por el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno.