Qué sensación horrible, amigos y amigas, es percibir que algo que fue grande, glorioso y que pervivió más de 130 años, está llegando a un triste y desteñido final.
Un escenario distópico que sentía como irrealizable, en la creencia, falsa e ingenua por cierto, de que desde la UCR como partido histórico, con valores, principios, doctrina y convicciones, ello sería combatido, no sólo en la fragua política, sino jamás haciendo alianzas con sectores reaccionarios, ultraconservadores, negacionistas y que se ubican en las antípodas de lo nacional y popular.
Pero me equivoqué y mucho, obviamente.
No ha habido - sin exagerar un ápice- peor dirigencia del radicalismo, en lo nacional y provincial, salvo honrosísimas y minúsculas excepciones, que la de la última década, que sólo se mira el ombligo, haciendo gala de una mezquindad espeluznante y patológica, abandonando convicciones en nombre de conveniencias personales, bajo la forma de bancas y puestos menores en los gobiernos, sin proyección ni estrategia político partidaria ninguna.
Un verdadero servilismo acrítico y ramplón a ideas foráneas y a siniestros personajes que odian visceralmente a la UCR, como es el caso del experimentador social de Milei, un desquiciado que sólo un país anómico, hastiado y cansado de fracasos y de dirigentes mediocres y bandidos, pudo haber investido como Presidente de la Nación.
Creo como el flaco Arralde, que volverán a prevalecer en la alta gerencia radical (no dirigen ni conducen, sino que administran en beneficio propio un partido, como negocios políticos propios o de pequeñas facciones), las opiniones a favor de una nueva alianza con Frigerio y a través suyo con Los Locos de Atar (LLA), que lideran con centralidad antidemocrática y conspirativa, una tarotista repostera como Karina Milei y un sórdido topo de la nueva inteligencia virtual como Santiago Caputo, rodeados de execrables personajes como el Diputado entrerriano Beltrán Benedit, adorador de genocidas de la peor calaña.
Habrán imaginado este choque civilizatorio y letal, Alem, Yrigoyen, Larralde, Sabattini, Illia, Lebensohn, Montiel, Brasesco, Alfonsín, Florentina Gómez Miranda, entre otros y otras???
Estoy seguro que no!!!
Por favor, tanto nos cuesta entender que vamos camino al precipicio, sin retorno?
Podremos por fuera de un razonamiento de paupérrimo coturno intelectual etiquetado de antikirchnerismo o peronismo o cualquier otro ismo, pensar que esto será peor, muchísimo peor que lo que hubo, y que esto que hay ahora, esta suerte de Armada Brancaleone de dirigentes paroxísticos e improvisados, es también culpa y responsabilidad nuestra, de los radicales, por callarnos, por debilidad y falta de volumen testicular y ovárico para no ceder ante una dirigencia partidaria de mierda y corrompida, que nos llevó a que hoy estemos de rodillas ante dirigentes importados de otras latitudes del país y con objetivos y prácticas muy distintas a las que inspiran nuestros principios fundacionales.
Cómo hacemos para renacer, para no traicionar ni traicionarnos?
No tengo la solución ni siquiera la capacidad para torcer esta historia de declive y segura extinción. Pero sí, en cambio, tengo muy claro qué no quiero y con quiénes no puedo ni debo compartir nada en política, porque eso sí sería lisa y llanamente una defección imperdonable. No quiero levantarme un día, mirarme al espejo, y sentirme lo que vulgarmente se dice: una M!!!
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