El Papa rezó por los cardenales y obispos fallecidos en el último año
En la misa por los 7 cardenales y más de 120 obispos fallecidos en los últimos doce meses, Francisco recordó las palabras del buen ladrón: "Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino". El Papa Francisco presidió este lunes 4 de noviembre, en la Basílica de San Pedro, la misa por los cardenales y obispos fallecidos en los últimos doce meses, durante la que subrayó que nuestro recuerdo de los difuntos se debe convertir en una oración de intercesión por ellos.
El folleto litúrgico de la misa enumera a 7 cardenales y más de 120 obispos muertos en el último año. El celebrante principal fue el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y el Papa pronunció la homilía, en la que recordó las palabras del buen ladrón, crucificado con Jesús: "Jesús, acuérdate de mí cuando estés a tu Reino".
El buen ladrón no era un discípulo de Jesús, sino un criminal que se encontró con Jesús solo al final de su vida. "Pero, en el Evangelio -dijo el Papa, las últimas palabras de este 'outsider' inauguran un diálogo lleno de verdad".
Podemos identificarnos con "ese ladrón, que recibió la recompensa debida por sus obras", dijo el Papa; "pero, más importante aún, podemos unirnos a él para pedirle a Jesús que se acuerde de nosotros, que nos mantenga vivos en su memoria", prosiguió.
El Santo Padre invitó a los fieles a meditar sobre la palabra "recordar", que en italiano significa "llevar en el corazón". En la hora final, el buen ladrón sólo deseaba "encontrar un corazón acogedor", y Jesús "escuchó la oración del pecador, incluso al final, como siempre".
El Sucesor de Pedro insistió en que "el recuerdo de Jesús es eficaz, porque es rico en misericordia"; y recordó que, "dirigiéndose al corazón de Dios, los hombres de todos los tiempos pueden encontrar esperanza de salvación".
Cada uno a su manera
"El Señor está cerca de nosotros como juez; es cercano, compasivo y misericordioso. Estas son las tres actitudes del Señor", dijo el pontífice, e invitó a preguntarse: "¿Estoy cerca de la gente? ¿Tengo un corazón misericordioso? ¿Soy misericordioso?"
Los cardenales y obispos fallecidos "amaban a la Iglesia, aunque cada uno a su manera", dijo el Papa Francisco. "Oremos para que puedan disfrutar de la Comunión de los Santos por la eternidad. Esperamos con firme esperanza poder unirnos a ellos en la alegría del paraíso. ¡Jesús, acuérdate de nosotros!" (AICA)
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