Científicos identifican las olas de calor más extremas registradas a nivel mundial
Un estudio que tiene en cuenta la variabilidad de temperatura en diferentes zonas del planeta apunta a que los episodios más graves han pasado prácticamente.
Raro es el verano en España en el que no hay al menos una ola de calor, con capacidad de dejar máximas sorprendentes como los 47,2 grados del año pasado en Montoro (Córdoba). Unos valores inusuales que también se ven en otras partes del mundo, como los 49,6 °C de la localidad canadiense de Lytton, durante el episodio que azotó Norteamérica en 2021. Sin embargo, un nuevo estudio publicado este miércoles en 'Science Advances' apunta a que en el mundo ha habido olas de calor mucho más extremas que las registradas el verano pasado, y la mayoría han pasado prácticamente desapercibidas.
Los autores han utilizado una nueva forma para poder comparar la 'gravedad' de las olas de calor en todo el planeta desde los años 60, cuando los datos son más fiables.
Primero tuvieron en cuenta las diferencias de temperatura de distintas zonas: no es lo mismo el impacto que tienen 35 grados en España que en Suecia, por ejemplo. Así que hicieron una división regional, y en función a ella calcularon la temperatura máxima diaria promedio de esas regiones durante los episodios de calor. Por último, clasificaron la intensidad de cada evento en función del número de desviaciones estándar respecto a la media de la década anterior.
Sus resultados apuntan a que la peor ola de calor se habría producido en el Sudeste asiático en abril de 1998, con temperaturas máximas diarias promedio de 32,8 grados. Le siguen Brasil, en noviembre de 1985, con una temperatura máxima diaria promedio de 36,5 grados y la registrada en el sur de Estados Unidos (Alabama, Florida, Georgia y Misisipí) en 1980, con un registro de 38,4 grados.
����La ola de calor del oeste de Norteamérica de 2021 será recordada por su devastación generalizada. Sin embargo, el estudio expone varios extremos meteorológicos mayores en las últimas décadas, algunos de los cuales pasaron desapercibidos, probablemente debido a que ocurrieron en países más desfavorecidos�"�", dice la autora principal del estudio, la científica de la Universidad de Bristol Vikki Thompson. ����Es importante evaluar la gravedad de las olas de calor en términos de la variabilidad de la temperatura local porque tanto los humanos como el ecosistema natural se adaptarán a esto�"�".
Completan el podio de las peores olas de calor, según la clasificación del estudio, la registrada en el sur de Alaska en julio de 2019, que dejó el registro de máximas diarias promedio en 23,8 grados, seguida de la vivida en Perú en 2016, con 23 grados. ABCes