Confirmaron el primer caso en humanos de encefalomielitis equina
La enfermedad es transmitida por los mosquitos infectados por aves o roedores.
Nuestro país está atravesando una nueva pandemia. Se trata de la encefalomielitis equina y hay preocupación en el Gobierno y en el sector privado por la gran cantidad de casos terminales en todo el país. Se calcula que ya han muerto miles de caballos pero, cómo un gran porcentaje no está registrado, calcular exactamente la cantidad de casos resulta casi imposible.
En la Argentina viven, aunque no haya un dato claro, entre 2,5 y 3,5 millones de equinos. Esta enfermedad es conocida desde 1930, pero hace algunos años dejó de ser obligatoria la vacunación. Este error es el gran responsable de este brote que ya tiene el primer caso humano en la Argentina.
El Ministerio de Salud de la Nación confirmó el primer paciente humano con diagnóstico positivo en Encefalomielitis Equina del Oeste (EEO), luego de más de dos décadas sin registros. El paciente, oriundo de Santa Fe, ingresó al Hospital Reconquista como caso sospechoso y se logró ratificar el caso después de llevar a cabo el protocolo de estudios de laboratorio correspondientes.
Recién en los últimos días, cuando la expansión se volvió casi incontrolable, se empezó a multiplicar la fabricación de vacunas a nivel local y se empezaron a importar otras. Pero la cantidad de vacunas que estarán disponibles en los próximos días solo permitiría cubrir entre el 40% a 50% de la población de caballos.
En las últimas horas se confirmaron nuevos casos de la enfermedad en Río Negro y La Pampa. Estos brotes se suman a los existentes en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. Corrientes, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Jujuy, Misiones, San Luis, Mendoza y Neuquén.
La encefalomielitis equina es una enfermedad transmitida por mosquitos infectados por aves o roedores. No se transmite entre caballos ni entre seres humanos, pero si un mosquito infectado pica a una persona la puede contagiar.
Aunque las vacunas empiecen a llegar no siempre serán efectivas porque el periodo de incubación es de 5 a 14 días. La aplicación de la vacuna lleva un tiempo para que el animal tenga inmunidad.
Los síntomas de este virus son: hipertermia (aumento de la temperatura corporal), depresión, deambulación (camina sin encontrar dónde detenerse), trastornos ambulatorios (ataxia) y muchas veces tienden a apoyar la cabeza en postes o árboles para minimizar el dolor que les provoca la inflamación en el encéfalo.
Además, lamentó que el tratamiento “suele resultar inefectivo” porque se detecta el malestar del caballo cuando la enfermedad presenta un estado avanzado y el deterioro en el sistema nervioso deja secuelas.
En caso de que pudieran zafar de la situación grave de la acción del virus quedan con trastornos como debilidades en el tren posterior.
Por todo esto es necesario tomar en serio este problema y actuar rápidamente. Se necesitan vacunas a disposición de la población y actuar en consecuencia para minimizar las secuelas de este virus.