De tal palo tal astilla: perros diabéticos, dueños diabéticos
Los dueños de un perro con diabetes tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que aquellos cuyo perro no tiene esta enfermedad. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los gatos.
Si tiene usted un perro con diabetes más vale que se haga una revisión porque según un estudio que se publica en «BMJ» los dueños de un perro con diabetes tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que aquellos cuyo perro no tiene esta enfermedad. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los gatos.
Estudios anteriores había visto de una posible asociación entre el exceso de grasa en los dueños de perros y sus mascotas. Pero, ¿podría haber también un riesgo compartido de diabetes para los dueños de mascotas y sus perros y gatos?
En este estudio, coordinado por investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), se analizó la información sobre los dueños de mascotas que residen en Suecia. Se incluyeron más de 175.000 dueños de perros y casi 90.000 dueños de gatos y sus mascotas.
Los dueños de perros y gatos eran todos de mediana edad o mayores al comienzo del estudio y fueron seguidos durante un periodo máximo de seis años. A continuación, los investigadores analizaron la incidencia de diabetes tipo 2 en los dueños de mascotas y de diabetes canina y felina en perros y gatos.
El principal hallazgo fue que, en comparación con tener un perro sin diabetes, ser dueño de un perro con diabetes se asoció con un 38% más de riesgo de diabetes tipo 2.
Y este mayor riesgo elevado para los dueños de perros no se puede explicar por la edad, el sexo o las circunstancias socioeconómicas de los dueños, ni por la edad, el sexo o la raza de los perros.
«Nuestros resultados indican que tener un perro con diabetes podría indicar un mayor riesgo de que el dueño del perro también desarrolle diabetes tipo 2. No hemos tenido acceso a información sobre los comportamientos del estilo de vida, pero creemos que la asociación podría deberse a patrones de actividad física compartidos y, posiblemente, también a hábitos alimentarios compartidos, así como al riesgo compartido de acúmulo de grasas. «Si los hábitos de ejercicio compartidos son de hecho un factor clave, podrían ayudar a explicar por qué no este riesgo de diabetes no existe los dueños de gatos y en sus gatos», explica Beatrice Kennedy, una de los autoras del estudio.
La diabetes canina requiere una terapia con insulina de por vida. Se diagnostica con mayor frecuencia en perros mayores y en hembras que no han sido esterilizadas (castradas).
«Los seres humanos y los perros han vivido juntos durante al menos 15.000 años y continúan compartiendo su vida. En este estudio, mostramos que puede haber factores ambientales y de estilo de vida comunes que influyen en el riesgo de diabetes en el hogar, tanto en los perros como en sus dueños», comenta Tove Fall, autor principal del estudio.ABCes