Dinamarca prohíbe la venta de tabaco a los nacidos después de 2010
Dinamarca ha decidido erradicar el tabaco prohibiendo su venta a las generaciones futuras. Actualmente, la ley en vigor prohíbe a los daneses menores de 18 años comprar tabaco o fumar cigarrillos electrónicos, pero el 31% de las personas entre 15 y 29 años fuman, según los datos del Ministerio de Salud, y el ministro Magnus Heunicke ha optado por cortar por lo sano. A partir de ahora estará prohibida la venta de tabaco o cualquier producto que contenga nicotina a todas las personas nacidas desde 2010 en adelante.
«Nuestro objetivo es que todas las personas nacidas en 2010 y en adelante no vuelvan a fumar ni a consumir productos a base de nicotina», ha expuesto el ministro en rueda de prensa, «estamos preparados para prohibir la venta a esta generación y seguir elevando progresivamente el límite de edad cada año». De esta manera, a partir del año 2100, el país espera que no quede un solo fumador en su territorio.
Las opiniones de los ciudadanos, sin embargo, son muy dispares acerca de la efectividad potencial de esta medida. «Me parece bien, es un producto dañino para la salud y como tal debe ser prohibido», dice a la televisión danesa TV2 Christiane, madre de dos jóvenes de 16 y 18 años, «estoy más tranquila si sé que a mis hijos no se les vende tabaco y, como cada año el tabaquismo supone un gran gasto para el sistema sanitario, creo que todos seguimos ganando».
«Durante mucho tiempo ha sido un deseo crear una generación libre de humo y ahora vamos a conseguirlo», ha cantado Victoria Heunicke. Sin embargo, a las puertas del instituto Gefion Gymnaisum, en Copenhague, la opinión es mayoritariamente despectiva. «No sé que pasará en el año 2100, no tengo una bola de cristal, pero te aseguro que durante los próximos años los adolescentes seguirán accediendo al tabaco, aunque sea de forma ilegal», se mofa Jens, estudiante de 16 años y que asegura no ser un fumador. «Creo que las prohibiciones no son el camino correcto», reflexiona su compañera Astrid, de la misma edad, «el cambio tiene que venir más bien de una nueva mentalidad, de persuadir a los adolescentes de que el hecho de fumar no es cool, sino frik, eso funcionaría mejor que cualquier prohibición».
El tabaco es la primera causa de cáncer en el país escandinavo y provoca 13.600 muertes al año en una población de 5,8 millones de habitantes. Según una encuesta encargada por la Asociación Danesa del Cáncer, el 64% de los daneses está a favor de este plan, que sigue al de la pionera Nueva Zelanda. El gobierno neozelandés anunció en diciembre un proyecto similar que busca prohibir progresivamente la venta de tabaco a partir de 2027 a los jóvenes nacidos después de 2008 y Dinamarca desea seguir ese ejemplo. En los últimos años, el gobierno de Copenhague ha introducido una serie de restricciones en el área del tabaco: se ha elevado el precio de los cigarrillos, se ha prohibido fumar en las escuelas y se han introducido paquetes de cigarrillos sin publicidad estandarizada, así como la prohibición de exponer los productos del tabaco. Pero ninguna de estas medidas parece ejercer un efecto definitivo, por lo que a partir de ahora optará por esta vía más radical.
La Junta Nacional de Salud ha establecido además que los niños y jóvenes menores de 18 años no deben poder comprar ningún tipo de alcohol en las tiendas, cuando hasta ahora se permitía la compra de cerveza y vino a partir de los 16. Esta autoridad actúa siguiendo la recomendación de la Autoridad Danesa de Salud y Medicamentos, que recomienda que los jóvenes menores de 18 años no beban alcohol en absoluto.
La primera ministra Mette Frederiksen intentaba implementar esta reforma desde 2020 y solo ahora se ha hecho con los apoyos necesarios. Según el director de la la Autoridad Danesa de Salud y Medicamentos, Niels Sandø, «los efectos nocivos del tabaco sobre la salud están más que demostrados y además sabemos que los jóvenes que beben grandes cantidades de alcohol a la vez tienen un mayor riesgo de accidentes, violencia y sexo no deseado». «El alcohol también puede ser dañino y afectar tanto la memoria como la capacidad de aprendizaje en niños y adolescentes, donde el cerebro aún se está desarrollando», afirma, justificando así estas medidas. ABC