La obesidad en el embarazo se vincula con mayor riesgo de cáncer de colon en los hijos cuando sean adultos
Una investigación a más de 18.000 pares de madres e hijos, publicada en la revista «Gut», sugiere que la obesidad en la mujer embarazada puede aumentar el riesgo de cáncer de colon en su descendencia cuando sean adultos.
Los hallazgos apuntan a que las condiciones en el útero pueden ser factores de riesgo clave para la enfermedad y ayudan a explicar las crecientes tasas de este tumor entre los adultos más jóvenes, señalan los investigadores.
En muchos países de ingresos altos, los nuevos casos y las muertes por cáncer de colon se han reducido o estancado en los mayores, pero casi se han duplicado en los adultos más jóvenes, mientras que estas tasas han aumentado rápidamente en todos los grupos de edad en los países de ingresos bajos y medios.
En consecuencia, se espera que la carga mundial de cáncer de colon aumente en un 60% a más de 2,2 millones de nuevos diagnósticos y 1,1 millones de muertes para 2030.
Se cree que la programación fetal es un factor que influye en las posibilidades de desarrollar algunas patologías como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. La investigación publicada sugiere que la exposición fetal a la obesidad en el útero también puede tener un papel en el riesgo de cáncer de colon.
Para explorar esto más a fondo, los investigadores recurrieron a más de 18.000 pares de madres e hijos de los Estudios de Salud y Desarrollo Infantil (CHDS) del Instituto de Salud Pública en Oakland, California, para ver si la obesidad materna, el aumento de peso durante el embarazo y el alto peso al nacer podrían estar asociado con un mayor riesgo de cáncer de colon en la edad adulta.
En el momento de la inscripción (1959-66), las madres proporcionaron información de antecedentes, mientras que los detalles de las visitas prenatales, las afecciones diagnosticadas y los medicamentos recetados se obtuvieron de sus registros médicos, desde los 6 meses antes del embarazo hasta el parto.
El peso de las madres (IMC) se clasificó como: bajo peso (menos de 18,5); saludable (18,5-24,9); sobrepeso (25-29,9); y obesidad (30 o más). Se registraron los kilos ganados por las madres en el embarazo y el peso de los hijos al nacer, que se clasificó como bajo, si era menor de dos kilos; promedio, si estaba entre 2 y 3,9 kilos; y alto, como cualquier cosa por encima de eso. Luego, la descendencia fue monitoreada durante 60 años, desde el nacimiento hasta 2019, a través del enlace con el Registro de Cáncer de California.
Durante el período de seguimiento, 68 fueron diagnosticados con cáncer de colon entre 1986 y 2017, cuando tenían entre 18 y 56 años. Aproximadamente la mitad (48,5%), antes de los 50 años. Casi 1 de cada 5 tenía antecedentes familiares de la enfermedad.
Una mayor proporción de madres obesas (16%) tuvo hijos con un peso de 4 kilos o más al nacer que las madres con bajo peso / peso saludable (7,5%) o con sobrepeso (11%).
En comparación con el bajo peso o un peso saludable, el sobrepeso y la obesidad se asociaron con más del doble del riesgo de cáncer de colon en la descendencia. Las tasas de este tipo de tumor fueron 16,2 / 100.000, 14,8 / 100.000 y 6,7 / 100.000 en la descendencia adulta de madres obesas, con sobrepeso y con bajo peso / peso saludable, respectivamente.
El riesgo también se incrementó entre aquellos cuyo peso al nacer fue de 4 kilos o más en comparación con aquellos dentro de un rango de peso saludable.
Al tratarse de un estudio observacional no puede establecer la causa. Los factores comunes tanto a la madre como al niño, como la dieta y el microbioma, que no se capturaron en el CHDS, pueden haber influido en los resultados. Tampoco el peso de la descendencia se midió durante la edad adulta. Pero los hallazgos sugieren que «la relación bien establecida entre la obesidad y el cáncer colorrectal puede tener su origen en períodos que comienzan antes del nacimiento», afirman los investigadores.
Los nutrientes recibidos en el útero pueden alterar permanentemente la estructura y función del tejido adiposo (grasa), la regulación del apetito y el metabolismo, mientras que la exposición excesiva a la insulina y la hormona del crecimiento puede afectar a la sensibilidad a la insulina, explican los autores.
«Nuestros resultados brindan evidencia convincente de que los eventos en el útero son factores de riesgo importantes de cáncer colorrectal y pueden contribuir a aumentar las tasas de incidencia en adultos más jóvenes. También puede haber otras exposiciones aún desconocidas durante la gestación y principios vida que dan lugar a esta enfermedad y merecen más estudios», señalan en el trabajo.
«Dadas las tendencias de la población en la obesidad materna, cuya prevalencia se ha multiplicado por casi seis desde la década de 1960, es posible que veamos una carga creciente de cáncer de colon de inicio temprano en las próximas décadas», concluyen.