Las tareas del hogar como lavar los platos protegen el corazón
Un nuevo estudio demuestra que todo movimiento cuenta para la prevención de enfermedades cardiovaculares
Mantenerse activo es fundamental para reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón. Y correr o caminar a paso ligero no es la única manera de conseguirlo. El simple hecho de estar de pie realizando actividades rutinarias, incluidas las tareas domésticas, la jardinería, la cocina y las actividades de cuidado personal como ducharse, puede beneficiar significativamente la salud cardiovascular, según un informe publicado este martes en el «Journal of the American Heart Association».
El equipo dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública y Ciencias de la Longevidad Humana Herbert Wertheim de la Universidad de California en San Diego estudió el impacto de las tareas cotidianas en el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Para ello, midieron la actividad física de casi 5.416 mujeres estadounidenses, que tenían entre 63 y 97 años y que no tenían problemas de corazón al comienzo del estudio.
«El estudio demuestra que todo movimiento cuenta para la prevención de enfermedades», señala el doctor Steve Nguyen, primer autor del estudio y becario postdoctoral en la Escuela de Salud Pública Herbert Wertheim. «Pasar más tiempo en movimiento en la vida diaria, que incluye una amplia gama de actividades que todos hacemos mientras estamos de pie y alejados de nuestra sillas, derivó en un menor riesgo de enfermedad cardiovascular», añade.
Así, las mujeres que pasaban al menos cuatro horas en movimiento en tareas de la vida diaria tenían un 43% menos de riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular, un 43% menos de riesgo de enfermedad coronaria, un 30% menos de riesgo de accidente cerebrovascular y, en particular, un 62% menos de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, en comparación con aquellas que tenían menos de dos horas diarias de movimiento en la vida diaria.
Los investigadores utilizaron un algoritmo de aprendizaje automático para clasificar cada minuto que las participantes pasaban despiertas en uno de estos cinco comportamientos: sentada, sentada en un vehículo, de pie parada, movimiento de la vida diaria o caminar o correr. El movimiento de la vida diaria abarca las actividades que ocurren al estar de pie y caminar dentro de una habitación o patio, como vestirse, preparar comidas, lavar los platos o cuidar las plantas.
Las participantes usaron un acelerómetro de grado de investigación durante un máximo de siete días para obtener medidas precisas de cuánto tiempo pasaron moviéndose y, lo que es más importante, los tipos de comportamientos comunes de la vida diaria que dan como resultado el movimiento y que a menudo no se incluyen en estudios previos de actividad leve y de moderada a vigorosa. Esos estudios anteriores generalmente se enfocaban en la intensidad y la duración de actividades como correr y caminar a paso ligero, mientras que la investigación actual midió movimientos más pequeños con intensidad variable durante actividades como cocinar.
En este estudio, 616 mujeres fueron diagnosticadas con enfermedad cardiovascular, 268 con enfermedad coronaria, 253 sufrieron un accidente cerebrovascular y 331 murieron por enfermedad cardiovascular.
«Gran parte del movimiento que realizan los adultos mayores está asociado con las tareas cotidianas, pero es posible que no se considere actividad física. Comprender los beneficios del movimiento de la vida diaria y agregarlo a las pautas de actividad física puede fomentar más movimiento», señala doctora Andrea LaCroix, coautora del estudio y jefa de la División de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública Herbert Wertheim.