Más de la mitad de los argentinos subió de peso en la cuarentena
Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, 6 de cada 10 mayores de 18 años están excedidos de peso.
Expertos de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) advirtieron que el aislamiento prolongado que demanda la pandemia, genera angustia y ansiedad y reduce la disponibilidad de alimentos saludables para consumir. Todos estos factores no hacen más que exacerbar las condiciones que vienen determinando que nos encontremos dentro de otra pandemia: la de obesidad.
Por otro lado, según datos aportados del Reino Unido, el exceso de peso puede complicar los cuadros de personas infectadas con el coronavirus SARS-CoV-2: el 74,5% de los pacientes en cuidados intensivos debido a complicaciones por COVID-19 tenía sobrepeso u obesidad.
�SSeguramente, el mayor riesgo frente al COVID-19 que afecta a las personas con exceso de peso se origina en que la obesidad, como una enfermedad crónica de origen multifactorial en la que interactúan factores psicológicos, biológicos y medioambientales, se caracteriza por ser básicamente una enfermedad inflamatoria. Produce un estado inflamatorio crónico generalizado de leve a moderado, con exceso de grasa corporal, cuya cantidad y distribución confiere distintos grados de riesgo⬝. Para la SAN, �Sla relación obesidad-coronavirus en la Argentina es particularmente preocupante⬝.
Es que según los datos de la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación, seis de cada diez personas (61,6%) mayores de 18 años están excedidas de peso, valor que se distribuye en un 36,3% con sobrepeso y 25,3% con obesidad, tendencia que viene en permanente aumento desde la realización del primer relevamiento en 2005. Además, más de la mitad (56,9%) admitió que ganó peso durante la cuarentena.
Lo recomendable
En la pandemia de COVID-19 no se cuenta con una vacuna, por lo cual la mejor estrategia es la prevención, y para esto, se deben tener en cuenta varios factores que influyen en el sistema inmunitario, incluida la nutrición. Mantener una alimentación balanceada, equilibrada y variada, mantenerse activo, evitando el sedentarismo y realizar un buen descanso es fundamental para mantener en alto nuestras defensas.
Por todo esto recomendaron considerar tres aspectos fundamentales para lograr sobrellevar exitosamente este período: la alimentación, la actividad física y el manejo de las emociones.
Si bien el ideal es que cada persona lo consulte con su nutricionista, en líneas generales, se recomienda:
- Realizar cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena, aunque los horarios no sean los habituales.
- Si entre las comidas principales pasan muchas horas y quiere realizar alguna colación, elegir preferentemente alimentos saludables, como frutas frescas o desecadas, frutos secos, un vaso con leche descremada, un yogurt descremado, un trozo de queso bajo en grasas.
- Desvincular la comida de las emociones, por ejemplo, por aburrimiento y de las situaciones de estrés. Comer sólo un plato por comida.
- Incluir durante el día, gran variedad de tipos de alimentos. Por ejemplo: verduras y frutas de estación, legumbres, cereales integrales, carnes, huevos, pastas, lácteos descremados, garantizando así el consumo de suficientes de vitaminas y minerales.
- Como medida preventiva, para no salir de manera frecuente para hacer las compras y realiza una compra grande, se recomienda almacenar los alimentos siempre fijándose fecha de vencimiento y tratando de sólo preparar lo justo para poder manejar el control de la porción.
- Evitar el picoteo.
- Hidratarse preferentemente con agua potable. Agua mineral o agua corriente.
- También se recomienda beber las infusiones sin azúcar agregada.
- Incluir alguna comida que resulte placentera, algo rico, dulce o salado según se prefiera y si no tiene contraindicado. Una porción chica. Por ejemplo: un alfajor chico, un bombón, un bloquecito de chocolate, un sándwich con jamón y queso, preferiblemente con pan integral.
- Aprovechar este tiempo en el hogar para realizar una alimentación variada y equilibrada, como base para un estilo de vida saludable.
En cuanto a la actividad física, ante la falta de disponibilidad de gimnasios, parques o clubes, se debe encontrar en el hogar nuevos espacios para moverse y desplegar todos los efectos positivos que se pueden conseguir con la práctica de actividad física regular. Y si antes no se hacía actividad física ¿qué mejor que usar este tiempo para comenzar?
Entre otros consejos, los especialistas recomiendan interrumpir cada 30 minutos las conductas que impliquen sedentarismo, parándose y moviéndose al menos dos minutos, empezar lenta y gradualmente con el movimiento desde pocos minutos por semana hasta el recomendado de 30 a 60 minutos por día; y también, por qué no, buscar un curso online de baile, yoga u otra actividad que nos guste y requiera mover el cuerpo.
En el aislamiento, cuantas más horas se pasa sentado o recostado para realizar actividades de distracción (juegos, mirar televisión, usar dispositivos móviles), menos ejercicios se hace y, por lo tanto, más se deteriora nuestro estado físico, conduciendo a un mayor riesgo y posible empeoramiento de las condiciones de salud crónicas. Realizar actividad física regularmente en estos momentos levanta el ánimo, reduce el estrés, la ansiedad, fortalece la autoestima y ayuda a ser más productivo.
Las emociones
Otro aspecto para contemplar es el manejo de las emociones: pueden tenerse pocas ganas de hacer cosas o llenarse de pensamientos negativos. Nuestra actitud puede generar peleas o conflictos con quienes comparten el aislamiento y, peor aún, en los casos en los que se aprendió a buscar el equilibrio emocional con comida, puede ser que lleve a elegir mal la cantidad y calidad de los alimentos.
Para lograr el manejo de nuestras emociones y motivarnos, se recomienda pensar en positivo, meditar, dejar fluir las emociones y utilizar la tecnología para comunicarnos con amigos y familiares. Estar motivado significa llevar a cabo las tareas diarias manteniéndose activos sin que supongan una carga pesada. La motivación tiene relación con otras variables psicológicas, como el nivel de estrés, la autoestima y la concentración, y tiene un efecto en la salud y en el bienestar.