Una terapia génica permite a niños caminar y hablar por primera vez
Es el primer tratamiento aprobado para esta enfermedad considerada rara en Europa y la primera terapia génica que se aplica directamente en el cerebro.
Una terapia génica infundida directamente en el cerebro diseñada para tratar una enfermedad genética rara en los niños ha demostrado ser prometedora en los ensayos clínicos realizados en 30 niños con deficiencia de AADC. Upstaza, que así se llama la terapia, mejoró los síntomas de todos los participantes en un pequeño ensayo, incluso hizo que algunos niños tuvieran la capacidad de caminar y hablar por primera vez.
Los resultados de este ensayo se han presentado en el simposio anual de la Sociedad para el Estudio de los Errores Innatos del Metabolismo, celebrado en Friburgo (Alemania).
La deficiencia de L-aminoácido aromático descarboxilasa (AADC) es un trastorno genético del sistema nervioso.
Solo se han informado alrededor de 120 casos , y alrededor de la mitad de estos han sido en personas de ascendencia asiática.
Se trata de trastorno está causado por una deficiencia de neurotransmisores, como la dopamina, en el cerebro.
La enfermedad está causada por mutaciones en el gen DDC, que codifica una proteína esencial para la producción de serotonina, dopamina y otros neurotransmisores importantes. Las personas con deficiencia de AADC no tienen suficiente cantidad de esta proteína o tienen una proteína defectuosa, lo que significa que no producen suficientes neurotransmisores.
Esto se manifiesta en una serie de síntomas, como la dificultad para coordinar los movimientos, especialmente de la cara, la cabeza y el cuello. Los pacientes suelen tener dificultades para sentarse, caminar y hablar, y también pueden sufrir crisis oculógiras, es decir, espasmos en los músculos del ojo que fijan la mirada hacia arriba.
En la actualidad no hay cura, pero las terapias genéticas como Upstaza han demostrado su potencial para aliviar los síntomas. Upstaza funciona proporcionando una copia sana del gen DDC directamente a las células nerviosas del cerebro.
Para ello, se realiza un pequeño orificio en el cráneo y se envía un virus modificado e inofensivo, que contiene la copia del gen, al putamen, la zona del cerebro implicada en el aprendizaje y el control motor que es especialmente importante para el habla y el movimiento.
Gracias a un extenso análisis genómico se ha podido descubrir que la mutación del gen RNF43 se relacionaba con una mejor respuesta a este nuevo tratamiento en los pacientes con estabilidad de microsatélites.
Los ensayos de esta terapia llevan muchos años en marcha y sus éxitos se recogen en varios estudios. Todos los niños experimentaron una mejora de la función motora y cognitiva, así como de las crisis oculógiras. Además, se observaron mayores mejoras cuando el tratamiento se administró de forma temprana.
«Los que lo recibieron antes de los cuatro años de edad, la diferencia es bastante espectacular», declaró a «New Scientist» el director del ensayo, Wuh-Liang Hwu, del Hospital Universitario Nacional de Taiwán. «Decimos que han renacido», añadió.