Monseñor Zurbriggen: "Renovemos nuestro compromiso con la libertad y la dignidad humana"
En la homilía del Te Deum del 9 de julio de 2024, Monseñor Gustavo Zurbriggen, Obispo de la Diócesis de Concordia, ofreció unas emotivas palabras en conmemoración de la declaración de la Independencia Nacional. El Obispo comenzó recordando aquel histórico 9 de julio de 1816 en San Miguel de Tucumán, donde los representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata decidieron legar una nación "libre e independiente", cerrando así el proceso revolucionario iniciado el 25 de mayo de 1810.
En su discurso, Monseñor Zurbriggen destacó la necesidad de renovar el compromiso de ser un pueblo libre e independiente, inspirados por los congresistas de Tucumán. Subrayó la responsabilidad de crear condiciones para que cada argentino pueda crecer y desarrollarse plenamente, desplegando todas las potencialidades de su personalidad. Expresó que el anhelo de los próceres de la independencia aún no se ha cumplido plenamente mientras existan familias oprimidas por la pobreza, personas sin hogar, niños y adolescentes fuera del sistema educativo, jóvenes esclavizados por las adicciones, y ancianos sumidos en la pobreza y el abandono.
Monseñor Zurbriggen enfatizó que para ser verdaderamente libres e independientes, es crucial que todos los estamentos de la sociedad se guíen por el reconocimiento, respeto y cuidado de la Dignidad Humana. Citó la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la cual establece que la libertad, justicia y paz en el mundo se basan en el reconocimiento de la dignidad intrínseca y los derechos inalienables de todos los miembros de la familia humana. También mencionó la Constitución Pastoral "Gozo y Esperanza" del Concilio Vaticano II, que habla de la "excelsa dignidad de la persona humana".
Resaltó la necesidad de un compromiso serio por parte de todos los miembros de la comunidad en respetar la Dignidad Humana. Aplaudió la invitación del Gobierno municipal a los referentes de las Comunidades de Fe de la ciudad para dialogar y proponer juntos políticas públicas sostenibles. Monseñor Zurbriggen abogó por recuperar el respeto por la familia, comprometerse a respetar la vida en todas sus formas y promover una educación de calidad para todos. Subrayó la importancia de generar condiciones favorables para el trabajo, clave del desarrollo y justa distribución de los bienes, y la urgencia de políticas activas para prevenir adicciones que denigran la vida de las personas.
Finalizó su homilía con una plegaria, pidiendo al Señor que ayude a construir un diálogo social que permita trabajar juntos por el Bien Común y el desarrollo integral de cada habitante de la ciudad. "Que el Señor Jesús, que nos enseñó a reconocerlo en el rostro de cada hermano que sufre, nos ayude en esta importante tarea de cooperar para que cada ser humano viva dignamente. Amén."
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