Día mundial del internet
Son pocas las tecnologías que lograron transformar a las sociedades, pero son menos aún aquellas que han cambiado los paradigmas establecidos.
El internet no sólo es el invento más importante del siglo XX sino también uno de los más revolucionarios del mundo, dada su capacidad de conectar a la humanidad de una manera que antes parecía imposible. Como sucede con cada acontecimiento trascendente, existe una fecha conmemorativa que nos invita a reflexionar sobre ella. En este caso, desde el año 2005, gracias a una iniciativa de la Asociación de Usuarios de Internet de España, cada 17 de mayo se celebra el Día Internacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, que en Latinoamérica se conoce como el Día del Internet.
En este marco tan importante, se celebra la creación de esta tecnología, considerada un pilar central para quienes trabajamos en la industria tecnológica, que democratizó la información a miles de millones de personas en el mundo, ya sea para trabajar, estudiar, disfrutar y un sinfín de usos más. Lo que comenzó siendo parte de una investigación estatal con fines académicos y militares, terminó siendo la gran red que integra a toda la sociedad contemporánea, contemplando a absolutamente todos los aspectos de nuestras vidas, gracias al trabajo en conjunto de gobiernos, empresas e individuos.
Allá por el año 2000, se comenzó a adoptar el uso de Wi-Fi, una tecnología crucial para el uso masivo del internet. Con el correr de los años, se ha visto un progreso en la apuesta de generar una mejor experiencia en conectividad, desde el Wi-Fi 1 al Wi-Fi 6 que tenemos actualmente. Las mejoras han sido sustanciales y han mejorado considerablemente la conectividad, el acceso al internet a millones de personas, la reducción de costos operativos y la estabilidad de la red, llegando al punto que las empresas directamente omiten el cableado de red y utilizan únicamente internet proveniente de WI-FI.
En la actualidad, hay tendencias que recién están comenzando y requerirán de un aporte importante para poder llevarse a cabo. Una de ellas, es el ya conocido metaverso, que podría ser considerado como la próxima gran plataforma informática después de la red mundial y los dispositivos móviles. Este nuevo ecosistema digital, que habilitará nuevas y disruptivas formas de interacción social, parece utópico, pero es algo que será un hecho.
El metaverso implicará experiencias sumamente inmersivas que requieren de una muy baja latencia y gran capacidad de transferencia de datos, mucho mayor a la que podemos acceder hoy. Es decir, toda la infraestructura de Internet necesitará de actualizaciones importantes. Toda la industria tendrá que trabajar arduamente para hacer esto posible, ya sea creando entornos de desarrollo de software abiertos que simplifiquen la programación en equipo, como mejorando transistores, empaques y memorias, con el objetivo de facilitar el proceso, dado que se estima que se necesitará un aumento sin precedentes en la eficiencia computacional actual para que el metaverso funcione correctamente.
Los procesadores optimizados para transacciones de mínima latencia, procesadores en el �Sedge⬝, los IPU (Unidades de Procesamiento de Infraestructura) los FPGA (los arreglos de compuertas programables) en campo y las soluciones 5G buscan cerrar la brecha entre la nube y el �Sedge⬝, lo que será fundamental para el metaverso informático masivo y distribuido.
El Internet que conocemos fue capaz de transformar el mundo tal y como lo conocíamos porque se construyó sobre estándares abiertos. Toda la industria tiene que estar comprometida con la implementación del Internet del mañana, mediante el aprovechamiento y aumento de los estándares existentes, para hacer frente a los requisitos del metaverso.
En este Día del Internet, quiero agradecerle a quienes han colaborado en el desarrollo de esta tecnología tan imprescindible hoy en día. Desde Intel, nos entusiasma lo que se avecina y tenemos la convicción de que los grandes resultados se logran colaborando activamente en la industria. Seguiremos dando lo mejor de nosotros para estar a la altura de las circunstancias.