Cuando el presidente Marcelo Torcuato de Alvear nos regaló un puente. 10/6/1923. El agradecimiento de Concordia
Los accesos a Concordia, desde la fundación de la ciudad el, el 6 de Febrero de 1832, siempre constituyeron un serio problema en casos de lluvia, porque la localidad quedaba completamente aislada por todas partes.
La ciudad de Concordia había crecido más allá de cualquier previsión, pero junto a este prodigio, subsistía la situación de aislamiento relatada al principio para los habitantes de la ciudad que se expandía.
Bastaba una pequeña lluvia para que la ciudad quedara aislada, y ni hablemos cuando se producía una creciente en la cual quedaba rodeada de agua, incomunicada de tierra firme y por largos períodos de tiempo.
Fue entonces cuando la Comisión Central de Puentes y Caminos, interpretando correctamente la necesidad de abrazar los dos Yuqueríes, con una vía amplia de acceso a la ciudad que uniera el punto de convergencia del “Puente Paso Tala” o “Puente Paiz” (1) con un puente en el Paso Yuquerí Grande encararon la solución con determinación. Es esencial destacar en esta parte el inteligente asesoramiento de los ingenieros Laurencena, Gorostiaga y Katzenelson.
1)El Puente Paiz, Puente de Fierro o Puente Colorado era el antiguo camino a Buenos Aires. Cuando se trazó la Ruta nacional 14, este puente fue retirado ya que cayó en desuso quedando interrumpida esa vía de comunicación cuya entrada estaba a un kilómetro y 200 metros del Martillo, donde está ahora ese basural. Llevaba el nombre de Puente Paiz por el coronel Juan Cruz Paiz, quién siendo legislador, hizo las gestiones para su construcción sobre el arroyo Yuquerí Chico.
Siendo candidato a Presidente de la República, el Dr. Marcelo T. de Alvear, dos ciudadanos concordienses, los doctores José Mateo Requena quien había sido introductor de la UCR en la Costa del Río Uruguay y de otros departamentos de la provincia y Eduardo Mouesca que se había desempeñado como diputado nacional y luego como senador provincial por el Departamento Concordia iniciaron gestiones para la construcción de un puente de hormigón sobre el Arroyo Yuquerí Grande, para permitir un tránsito fluido, aún en casos de lluvia entre la ciudad y la zona rural sur.
Llegado Alvear a la Presidencia, por intermedio de la empresa constructora Ricagno, de Concordia, dispuso su ejecución y relleno de tierra de terraplenes de 1.000 metros de ambas cabeceras y de una misma altura. En la obra trabajaron 400 personas y se emplearon 200 carros. El costo que demandó la obra, el Dr. Alvear lo abonó de su peculio particular.
Su promesa formulada al Gobernador Ramón Mihura se mantuvo, a pesar de no serle votado el presupuesto. Fue fiel entonces a la palabra empeñada pagando la construcción del puente de su bolsillo.
Por esa razón el “Puente Alvear” se llama de esa manera. Puente Presidente Alvear.
El Dr. Alvear no era un gran orador. Sus discursos carecían de originalidad y menos aún tenían la necesaria profundidad de un intelectual. Pero sabía encontrar alguna frase, algún párrafo para conmover a la gente. Acá en Concordia supo decir “parecía que una noche primaveral descendiera desde el claro cielo de Entre Ríos y llegara hasta nosotros el aroma de los hermosos naranjales que forman una parte de su esencial riqueza”
Alvear desembarcó en Concordia el 10 de junio de 1923 entre tropas militares que le rindieron honores, autoridades civiles y una multitud congregada para recibirlo, mientras la cañonera “Rosario” hacía una salva de 21 cañonazos. Se dirigió entre aclamaciones a la Casa Municipal, desde cuyos balcones habló al pueblo, y desde allí continuó hasta el Arroyo Yuquerí Grande. Sobre este arroyo se inauguró el puente que fue bendecido por Monseñor Bazán y Bustos.
Que este puente haya sido pagado íntegramente con los bienes personales del Presidente Alvear no es en realidad una novedad. El Dr. Alvear había sido nombrado Ministro de Obras Públicas en la fugaz gobernación de Juan Carlos Belgrano, sobrino nieto del prócer, quien al hacerse cargo del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, tras la Revolución de 1893, el Dr. Belgrano envió una detallada declaración de bienes al Presidente de la Convención de la UCR, que lo había propuesto, entre otras cosas afirmaba refiriéndose a los mismos “Días pasados pude enterarme que siendo presidente, Marcelo T. de Alvear hizo venir al país a príncipes y filósofos corriendo con los gastos de sus viajes y estadías de su peculio personal, es decir, a costa de su patrimonio.” Si bien la honestidad en el manejo de los dineros ajenos, ya sean públicos o no, debe ser una condición incluyente para el ejercicio de la función pública, sin duda, bien lo sabemos no es una condición suficiente, pese a lo cual si yo como funcionario, en caso de recibir burlas acerca de mi patrimonio preferiría que fuera por una mengua del mismo y no por su incremento” Luis María Belgrano.
El Presidente de la Nación Dr. Alvear arribó a Concordia en compañía del Ministro de Marina, Almirante Domecq García- de Obras Públicas Eufrasio Loza-el Secretario de la Presidencia Pedro Veronelli- el Secretario Privado, Lezica Alvear- los edecanes de la Presidencia capitán de navío Fablet y mayor Granz, el capitán de navío señor Hermelo y el Ministro de Agricultura Dr. Le Bretón. Fueron recibidos por el Gobernador de Entre Ríos Ramón Mihura, y el Intendente de Concordia, don Pedro N. Urruzola; el Jefe de la 3ª Región Militar General Alberto Noailles – Obispo Bazán y Bustos- el Ministro de Gobierno Loreto Beracochea – de Hacienda José Aguirre y el presidente de la Cámara Federal Dr. Filemón Díaz de Vivar – el presidente del Superior Tribunal de Justicia Dr. Amadeo Pons.- el Rector de la Universidad del Litoral doctor Pedro Z. Martínez – el Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación doctor Antonio Sagarna,- el Presidente del Concejo General de Educación de la Provincia Dr. Roberto Vanetta; el Fiscal de Estado Dr. Abraham Bartolomé Ferro; el Inspector General de Policía Sr. Ángel C. Texier; el Rector del Colegio Nacional Sr. Juan de Dios Fernández; el Presbítero doctor José Dobler, el Dr. Luis Etchevehere; el Secretario de la Gobernación Sr. Armando J. Campos; Ayudante del General, Teniente Primero Vieyra Spangenberg, el Comisario de Ordenes de la Policía de Entre Ríos, Sr. Francisco Churruarín.
Adviértase la importancia dada a esta obra tan largamente esperada para poder consolidar el progreso y expansión de la ciudad. El Dr. Alvear se destacaba entre todos los participantes por su prestancia y gran altura. El Presidente medía un metro con 92 cm. Fue este uno de los días más memorables de la ciudad y recordado durante muchos años.
Se colocó una placa de bronce, obsequio de la ciudad en reconocimiento al gran demócrata, la que hace pocos años, naturalmente que fue robada. Solo quedó el soporte de hormigón que la exponía. Este año se cumplieron 101 años de ese memorable suceso.
Es imposible no establecer comparaciones con recientes y resonados casos de corrupción, que felizmente como todo llega, la justicia parece que también llega.
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