Dos joyeros paranaenses y el regalo que llegó al Papa Francisco: una teca de plata
Tras la muerte del Papa Francisco, resurge una historia emotiva: dos joyeros de Paraná le enviaron una teca de plata hecha a mano, siguiendo una tradición familiar que comenzó con un obsequio similar a Juan Pablo II en 1987.
El Papa Francisco falleció el pasado lunes a los 88 años. En medio del pesar mundial por su partida, en Paraná resurge el recuerdo de un gesto sencillo y emotivo: el regalo que dos joyeros locales, Bruno y Fabián Scialocomo, le hicieron llegar en 2013, a través del músico Aldo Taborda.
Se trató de una teca, un pequeño recipiente sagrado en el que los sacerdotes trasladan hostias consagradas. La pieza fue elaborada en plata, con detalles cuidadosamente pensados: en el reverso, la imagen de la Virgen Desatanudos, de la cual era devoto el Pontífice, y en el anverso, la letra “Tau”, símbolo franciscano de conversión y penitencia.
Un legado familiar
La historia tiene raíces profundas. Los Scialocomo son parte de una familia de joyeros que lleva más de 50 años en el oficio. En 1987, los padres de Bruno y Fabián, José y Luis, regalaron un mate de plata y oro al Papa Juan Pablo II durante su visita a Paraná. Aquella pieza fue entregada por una pareja vestida con trajes típicos durante la misa que Wojtyła ofició en el aeropuerto de la ciudad.
Años después, la historia se repitió, aunque con otro protagonista. Cuando el sacerdote Gabriel Battello visitó la joyería con una idea clara, les pidió algo funcional, sencillo y simbólico: una teca. Los hermanos se dedicaron durante una semana entera a su confección, relegando otros encargos para trabajar casi sin descanso.
El diseño y su significado
“El padre Battello nos dijo que el Papa era muy sencillo. Entonces fuimos directo a algo práctico, sin adornos innecesarios”, recordó Fabián en diálogo con El Diario. La pieza incluía las iniciales “JMB” (Jorge Mario Bergoglio) y una inscripción interior: “Paz y Bien. Mi Dios, mi todo”.
El diseño, además, contó con el aporte de Gustavo Petruci, quien colaboró en la confección de la caja que acompañó el envío. La teca fue entregada por Aldo Taborda, músico paranaense campeón sudamericano de acordeón, durante una audiencia general en el Vaticano.
Tradición y emoción
“El tipo —así le decía Bruno al Papa, con respeto y cariño—, si alguna vez la usa, ya está. Lo logramos”, expresó, emocionado, el joyero. Para los hermanos, el valor del gesto no estaba en el reconocimiento, sino en mantener viva una tradición familiar y lograr que el regalo tuviera utilidad real.
Fabián relató que la respuesta del Vaticano llegó tiempo después, en forma de agradecimiento. “Eso fue todo para nosotros”, dijo.
Hoy, tras la muerte del Papa Francisco, aquella teca permanece como un símbolo silencioso de fe, oficio y gratitud entrerriana. Un recuerdo que conecta a una familia de Paraná con la historia del papado. (Foto: Joyería Scialocomo, Publicado en el Oncedigital)
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