El desconocido aspecto del Gral. Artigas
Si queremos indagar en la persona del prócer rioplatense, el oriental don José Gervasio de Artigas, no podemos dejar de mencionar a don Isidoro de María por varias razones que iré exponiendo. De María tuvo una extensa vida y había nacido en Montevideo en 1815 y a los 14 años o sea en 1829 comenzó a trabajar de aprendiz de tipógrafo en la Imprenta del Estado, vale decir que se fue familiarizando en disponer y colocar las letras, repartir el espacio y armar las planchas de metal de las páginas a imprimir. Tuvo trato cotidiano con periodistas, políticos y escritores que le llevaban material para imprimir. Lo haría luego en el periódico “El Rayo” de Montevideo y luego crearía su propia publicación en Montevideo llamada “El Censor” en 1839, pero este era de carácter político. Se había casado en 1833 con Sinforosa Navarrete Artigas, hija de Francisco Artigas, primo del General Artigas.
Siguió don Isidoro de María su vocación periodística y también se apasionó con la política al lado del General Fructuoso Rivera.
En tiempos de Juan Manuel de Rosas, se opuso a la intervención de los franceses y de los unitarios argentinos. Durante el sitio de del ejército de Oribe a Montevideo fue hombre del partido de Rivera.
Pero su vínculo con el riverismo cesó en 1846, cuando el desprestigio de Rivera era ya muy grande.
Luego del triunfo del General Urquiza en Caseros, de María fue designado vicecónsul del Uruguay en Gualeguaychú, permaneciendo en su cargo entre 1852 y 1857, aunque luego siguió residiendo en Gualeguaychú. Fue allí que publicó en 1860 su gran obra “Vida del Brigadier General don José Gervasio de Artigas, Fundador de la nacionalidad Oriental” Imprenta De María Hermanos 1860.
Este libro tendría la virtud de rescatar la figura del prócer y despertar en el pueblo oriental el conocimiento de una figura olvidada por treinta años, que es el tiempo que Artigas estuvo prisionero en el Paraguay del dictador Dr. Gaspar Rodríguez de Francia. Cuando Artigas falleció en 1850, la mayoría de los uruguayos creían que había muerto hacía muchos años.
El pueblo oriental carecía de un prócer que los representara a todos, que los unificara y fuera la síntesis de su ser. Había adoptado a Rivera como prócer nacional y otros a Juan Antonio Lavalleja, con lo que no se superaban los viejos antagonismos. La aparición de la biografía de Artigas en la obra de don Isidoro de María produjo un enorme entusiasmo entre todas las facciones. En 1862, a poco de conocerse la obra, el diputado Tomás Diago presentó un proyecto escultórico en su homenaje, que no se concretó
El primer inconveniente fue que Artigas nunca se hizo un retrato en su prolongada vida, y eso en parte se explica teniendo en cuenta que su vida transcurrió en ámbitos rurales y en campamentos militares y no tuvo contacto con pintores ni retratistas, salvo uno hecho por el médico y naturalista francés Alfred Demersay en el Paraguay, cuando Artigas tenía más de 80 años. La imagen de Artigas más difundida es la que inventó Juan Manuel Blanes en una pintura que comenzó a crear en 1884 conocida como “Artigas en la puerta de la Ciudadela”, pintura que por otra parte Blanes nunca terminó. Sería dada a conocer en 1908 en Montevideo junto a otras obras inconclusas de Blanes, que habían quedado, a su muerte, en el taller del artista en Florencia. Hay en ella algunos elementos que no se corresponden con la realidad.
El cuadro lo muestra con uniforme de “Blandengues”, lo que no coincide con la realidad, como lo señala Alicia Otero. La segunda es que Artigas nunca estuvo en la Ciudadela ya que consideraba a “Montevideo era el gobierno de los estafadores, el gobierno aliado de Buenos Aires y siempre estuvo entre sus enemigos”
Lo que hizo Blanes fue precisamente reconciliar a Artigas con Montevideo.
Hay dos cartas escritas por Blanes a Andrés Lamas en las que el pintor le dice “Quiero que me diga usted si desea tener el patriota Artigas o prefiere al viejo del Paraguay”
También se sabe por una carta de Blanes a su hermano donde le dice “qué si había algún parecido entre su representación de Artigas y la realidad, era pura coincidencia”
Tenemos que centrarnos entonces en el retrato de Demersay por ser el único “en vivo” que se conoce, hecho a carbonilla en 1847 en Paraguay y litografiado luego por C. Sauvageot.
Demersay tenía un enorme desprecio por don José Artigas a quien consideraba un bandolero. Es posible que esta mala opinión haya influido para trasladarlo a su obra y dibujarlo de esa manera tan poco favorable. “La función del retrato de Artigas en el Atlas de Demersay fue mostrar a los lectores europeos (y en primer lugar a la Sociedad de Geógrafos) un tipo de malhechor que había asolado la región sin compasión alguna y que, en virtud de la decisión de un tirano algo más civilizado (el Dr. Francia) había llegado a vivir 86 años”
Vemos allí a un Artigas muy anciano, de perfil, sentado en una rustica silla de la cual se aprecia parte del respaldo. Con la parte anterior de la cabeza calva, en cambio la posterior, muestra abundante cabello blanco. Con el mentón sobresaliente por la retracción de la encía debido a la falta de dientes.
Gaspar Rodríguez de Francia lo había internado en la villa de Caruguatay, cuyo comandante recibió la orden de proveerle cuanto necesitase. Artigas pasó muchos años en ese retiro dedicado a trabajos agrícolas. Luego de la muerte del Dr. Francia, el presidente Carlos Antonio López le permitió vivir en Asunción. Fue allí que se lo encontró viviendo, como el mismo confesara, de la limosna del presidente. López habitando en Ybiray en una de sus casas, todavía derecho y vigoroso a pesar de su edad avanzada.
Como consecuencia de la publicación del libro de Isidoro de María, como lo he señalado antes, Artigas se transformó en prenda de unión superando los desencuentros facciosos. Por ejemplo, fue reivindicado como propio por el Partido Blanco. El libro fue publicado durante la presidencia de Bernardo Berro- y poco después de la publicación del grabado Demersay- Sauvageot se planteó la necesidad de la rehabilitación de la figura de Artigas y se ordenó por primera vez, erigir una estatua en la Plaza Independencia.
De todos modos, el primer monumento a don José Artigas en el Uruguay, fue inaugurado en la Plaza Independencia de San José de Mayo y no de Montevideo. Con el modelo de la obra del escultor Juan Luis Blanes. El monumento tiene 14 metros de altura y la estatua realizada en bronce.
Juan Luis Blanes falleció y la obra fue terminada por su padre, el pintor Juan Manuel Blanes. La obra fue vaciada en Florencia y llegó en 1897.
En la misma se ve al prócer con uniforme de Blandengues, de pie con el sombrero en la mano derecha saludando y con la mano izquierda apoyada en la espada.Tiene una altura de 3, 5 metros de altura. Se inauguró el 25 de Agosto de 1898.
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