El historiador Antonio Castro, en su libro “Crónicas históricas” de 1939 enuncia que “la industria vinícola entrerriana nació en Concordia”. A través del relato de este autor vamos a conocer algunos datos más de esa afirmación.
Comenta Castro que la aparición de los sarmientos (vástago o rama de la cepa de vid, de donde brotan las hojas, los zarcillos y los racimos) en la región, fue accidental. Un emigrante, llamado Juan Jáuregui, vasco francés los trajo en su equipaje, y fue el fundador de la importante industria que poco después transformó a Concordia y Salto en destacados centros productores de uva. En 1864, aproximadamente, arribó a nuestra ciudad Jáuregui, “Lorda” era el apodo con el que se lo conocía, había nacido en Hasparreu, Bajos Pirineos, de familia de labradores. Los padres de Lorda antes de emprender su viaje desde Europa, le regalaron algo de dinero, ropa y colocaron en su valija unos sarmientos de la vid que cultivaban en el predio natal que les brindaba un exquisito vino para la mesa familiar.
En Concordia el vasco Lorda compró unas hectáreas de tierras, cercanas al Saladero Yuquerí –de de la Cruz Hnos.-. Tiempo después plantó los sarmientos, llegó a cultivar cerca de media hectárea de viña y hacía vino para su uso exclusivo, pues le traía recuerdos de su ciudad de origen. Jáuregui sentó las bases para la rica industria vitivinícola de la zona entrerriana y salteña, convirtiéndose posteriormente en el creador de la cepa que luego llevara su nombre “Lorda”.
Como indicamos más arriba, la cepa concordiense también, originó la viticultura de Salto y de toda la región de la zona norte de Río Negro (República Oriental del Uruguay), gracias al regalo que Jáuregui en 1874 le hiciera a su amigo y paisano don Pascual Harriague, que comercializó, poco después, vinos de excelente calidad.
En esta época los vinos de Concordia fueron considerados, los mejores del país. Señala Castro que, según el censo nacional de 1895, Concordia tenía sembradas 1021 hectáreas de viña con cerca de cinco millones de plantas en plena producción, lo que nos da la idea de su gran importancia.
En este sentido, el historiador mencionado, enuncia a algunos pioneros de la uva de la ciudad, como: Don José Oriol, que fue el primero que llevó a cabo la industrialización; Don Anselmo Moulins, que tuvo su viña desde 1880, que llegó a tener 25.000 pies de viña; y Don Ángel Libarona, que se inició en 1885, con sus plantíos del Ayuí.
Acompañamos estas líneas con la imagen de un viñedo concordiense de las primeras décadas del siglo veinte.
¿Conocían esta información del pasado de la ciudad?
Nos volvemos a encontrar en una semana para descubrir más historias de Concordia y la región.
Museo Regional Municipal Palacio Arruabarrena, dirección: Entre Ríos y Ramírez.
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